Desde que mi padre falleció sufro un trastorno de estrés postraumático, pero no he podido acceder a una atención psicológica de calidad. Necesitamos más recursos YA.
Mi nombre es Karola, tengo 20 años y sufro un trastorno de estrés postraumático desde el accidente de tráfico que mató a mi padre. Fui al psicólogo de la Seguridad Social durante un tiempo, pero finalmente decidí dejarlo porque no me aportaba nada. Los tiempos de espera entre cita y cita eran insoportables y las indicaciones demasiado genéricas. ¿Cuándo se dará una atención gratuita y de calidad?
Cuando tenía 17 años mi padre falleció a causa de un terrible accidente de tráfico. Un total de 18 personas fueron heridas y una mujer murió en el acto. Él estaba muy grave, pasó tres meses en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), pero los médicos no pudieron hacer nada por salvarle la vida. Esta situación me provocó problemas de salud mental que todavía arrastro.
La atención que recibí a través de la sanidad pública no me ayudó en absoluto. Los psicólogos a los que veía de tres en tres meses me daban indicaciones muy genéricas como “escucha música antes de dormir para no tener pesadillas” o “sal a dar paseos para calmar la ansiedad”. Finalmente opté por no volver y actualmente estoy ahorrando para poder pagar una atención psicológica privada. Por desgracia es la única manera de obtener una cita personalizada y de calidad. ¿Por qué no le damos a la salud mental la importancia que merece?
El número de profesionales que trabajan en psicología dentro de la sanidad pública es escaso. No me extraña que las consultas sean tan genéricas y parecidas unas entre otras. La carga de trabajo es tan grande que los psicólogos casi no saben que caso están atendiendo. Es vergonzoso que se siga tratando a la salud mental como si no importara.
Si no fuera por el interés que he mostrado por mí misma y los artículos y consejos que he leído ahora mismo no sé como podría gestionar todas estas emociones. Personalmente he creado mis propias herramientas para poder atajar mis ansiedades y ataques de pánico, pero soy consciente de que muchas personas no podrán hacerlo solas.
Necesitamos un sistema de salud pública que nos apoye y nos ayude a normalizar la salud mental. Queremos una atención gratuita y de calidad para todas, no podemos seguir mirando hacia otro lado.