Me llamo Laia y vivo en Catalunya. Cuando tuve a mi hijo, me empezaron a aparecer mastitis en un pecho. Además, cuando le daba de mamar, solía rechazar el pecho en cuestión porque expresaba que «no funcionaba» y me percaté de que el pezón se me retraía de vez en cuando.

Acudí al médico, pero me indicaron que si estaba en período de lactancia maternal no me harían pruebas debido a la influencia que pudiera tener la radiación. Entonces el pezón se me retraía y no volvía a su estado natural y consideré que había alguna cosa que no estaba funcionando bien, así que tuve que terminar con el proceso de dar el pecho a mi hijo. Él ya tenía tres años.

Había empezado la pandemia de la Covid-19 y llamé al ginecólogo, ya que debido al contexto del momento no podía acudir a la consulta. Él consideró que tenía que acudir al hospital y me recomendó hacerlo vía urgencias para no tener que pedir cita previa.

Me diagnosticaron un cáncer de mama avanzado. Me tuvieron que intervenir quirúrgicamente y me quitaron todo el pecho y parte de los ganglios que también estaban afectados. Al mes siguiente, empecé a recibir un tratamiento de quimioterapia y otro de radioterapia y en estos momentos estoy en tratamiento hormonal y de anticuerpos. Cada tres semanas acudo al hospital para que me suministren el último y también me visito con mi oncólogo.

Considero imprescindible que se invierta más en investigación para fomentar la detección precoz y/o temprana del cáncer de mama y así evitar que casos como el mío, con síntomas desde hacía tres años, se diagnostiquen en estado avanzado. Concretamente, me dirijo a los políticos del Senado para que me respondan a la pregunta: ¿Por qué no se invierte más en investigación para fomentar la detección precoz y/o temprana?