Pregunta para Parlamento de Catalunya

Soy Laia, trabajo con niños y preadolescentes y me preocupa la influencia de las redes sociales en su día a día. ¿Cuándo se harán acciones para sensibilizar en las escuelas de los peligros de los cánones de belleza imposibles que se muestran en las RRSS?

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Laia Pérez Pregunta de Laia Pérez

Me llamo Laia, tengo 24 años y soy de Barcelona. Estoy graduada en Publicidad y RRPP y ahora me dedico al marketing digital, al content strategy y al UX Writing, por esto conozco bien las dos caras del peligro de las redes sociales: la visión de los niños al usarlas y la de una persona que crea contenidos para redes,  conoce el algoritmo y sabe qué  funciona mejor en la plataforma. En redes nada es lo que parece, y los filtros sólo añaden más presión física y social al bienestar mental de muchas personas. Necesitamos acciones que protejan a los más jóvenes del impacto que tienen los cánones de belleza imposibles que se muestran en las redes sociales. El Reino Unido ya ha dado el primer paso. ¿Cuándo empezaremos a sensibilizar del peligro de las redes sociales en España? 


El primer contacto entre los niños y niñas en las redes sociales se da en una etapa en la que todavía están creciendo y construyendo una imagen mental de lo que es la realidad y la perfección. No es coherente que tengamos horarios infantiles en la televisión o alerta de edad en el cine, pero no hagamos nada para controlar el peligro que esconden las redes sociales a las que acceden a diario millones de niños y adolescentes.  


Los filtros que se han puesto de moda en redes como Instagram o TikTok son un verdadero peligro social y es algo que cada día está más normalizado. Ya no es raro ponerse un filtro para “arreglar tu imagen”: te modifican la cara con dientes más blancos, nariz más pequeña o rostro más fino y al final muchas veces ya no distinguimos entre realidad y ficción.  


Todo esto provoca que chicas de 12 años ya estén pensando en los retoques estéticos que quieren hacerse cuando cumplan los 18. Te dicen “quiero tener más pecho y menos culo” o incluso algunas limitan sus comidas para adelgazar y verse mejor. Al final te encuentras con niños y niñas que quieren cambiar su aspecto por completo, ya no les gustan sus ojos ni su nariz o su pelo, parece que nada es suficiente cuando te comparas con la foto que sube el influencer de turno a sus redes sociales.  


Estoy segura de que los padres y madres no son conscientes de la presión que sienten sus hijos e hijas por culpa de las redes sociales. En las redes no se muestra la diversidad de cuerpos, todas las influencers cumplen los mismos cánones de belleza. Todas son delgadas, tienen el pelo perfecto, pestañas largas, labios gruesos, mucho pecho…  Esto provoca que los adolescentes que las siguen no estén creciendo con las bases de lo que debería ser un cuerpo “normalizado”.  


Al final, cuando somos jóvenes desarrollamos nuestro imaginario personal. También están desarrollando cambios en su cuerpo y ven que todos esos cambios no cuadran con lo que ellos y ellas esperan ser. Cada vez hay más interés por la cirugía estética o el maquillaje y esto acarrea problemas graves como los trastornos de la alimentación, la depresión o la ansiedad. Es increíble ver a niños y niñas tan pequeños caer en este tipo de presión. Es una situación muy triste.  


Creo que en España no se le da la suficiente importancia al papel que tienen las redes sociales en la salud mental de las generaciones futuras. En otros países están poniendo medidas para frenar los retoques con photoshop y los filtros de Instagram. También están prohibiendo retocar a las modelos en los carteles publicitarios. Al final si tú en el día a día ves granitos, pecas, gente con más peso, menos peso, más alta o con menor altura, asumes la diversidad que hay y no te centras solo en un único canon de belleza.  


Lo último ha sido el filtro Glow Look, que te muestra cómo serías si fueras “más guapo”. Los niños y las niñas se han vuelto locos con esto. Estamos provocándoles cada vez más presión. Personalmente he vivido situaciones de niños de 12 y 13 años que se metían en la piscina con camiseta por no enseñar la barriga. No eres tan consciente de esto hasta que lo vives, y en casa los padres no saben de lo que hablan sus hijos en el patio. Si lo supieran, saltarían las alarmas y la cosa cambiaría.  
 

Las redes sociales son una de las principales causas del bullying y acoso escolar, además de los problemas mentales en la infancia. Si el algoritmo te hace generar contenido atractivo para generar más likes y los adolescentes suben contenido retocado para que sea más atractivo y genere más interacciones y comentarios, acaban entrando en un círculo vicioso donde al final todo lo que ven es “perfecto”. La presión que han tenido ellos y ellas no la tuvimos nosotros de pequeños y creo que esto va a afectar de cara al futuro.  


Por eso desde aquí quiero pedir al Parlamento de Cataluña que realicen acciones para sensibilizar en las escuelas de los peligros de los cánones de belleza imposibles que se muestran en las redes sociales. No podemos mirar hacia otro lado, es un problema que hay que solucionar ya.  
 

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