Tengo 29 años, resido en Sevilla y soy enfermera. He decidido conservar mi anonimato, usando un nombre ficticio, ya que contar este testimonio puede repercutir a mi futuro laboral. Pero aunque tenga que usar un nombre falso, quiero contar mi historia, porque sé que actualmente hay muchas personas en la misma situación. 

Llevo conviviendo con la Esclerosis Múltiple desde los 18 años, cuando se me empezaron a dormir algunas extremidades. Perdí la sensibilidad en las piernas y los brazos, no notaba ningún dolor ni temperatura. Hoy en día, si eres una mujer joven, todo se tiende a asociar a los nervios y el estrés.

A los 23 años mi situación empeoró. Me fallaban las piernas y me caía al suelo. Un día, en la biblioteca, tuve un brote de “biplopia”, muy característico de la esclerosis. Me hicieron una resonancia, y fue ahí donde se vieron las lesiones en mi cerebro. Cada brote deja una lesión, y yo estuve 5 años sin recibir tratamiento, por lo que la enfermedad había avanzado. 

Empecé a trabajar como enfermera en 2016. Nunca comenté nada a nadie, quería demostrar que podía trabajar como una persona normal, aunque fuera al trabajo cojeando o con malestar. He cambiado mis turnos para poder asistir a mis citas en el médico. Siempre queda el miedo de que puedan despedirte, y encontrar trabajo con esta enfermedad no es fácil. 

Estaba trabajando en una residencia cuando empezó toda la crisis del coronavirus. Mi neurólogo me dijo que mi tratamiento era inmunosupresor – es decir, que te baja las defensas– por lo que eres más propenso a coger enfermedades. Mi jefe me propuso trabajar en un hospital y, después de 4 años, me atreví a decirle que tenía Esclerosis Múltiple. Él pensó que simplemente tenía miedo de trabajar en un hospital en esta situación. 

Ahora mismo momento estoy de baja, ya que pertenezco a la población de riesgo. Estoy viviendo estos días con mucho miedo, tengo que tomas protecciones extremas. Me pregunto cuándo podré volver a trabajar como enfermera, ya que parece que esta situación va para largo. Y, al igual que yo, estoy segura que hay muchos sanitarios en la misma situación, y que ahora mismo ven su futuro quebrado. 

Por este motivo, siendo de Sevilla, me dirijo a los políticos del Parlamento de Andalucía para que se aprueben medidas de protección para los Sanitarios con enfermedades de riesgo, y para que en un futuro se puedan reincorporar al trabajo.