Pregunta para Cortes de Aragón
Pensaba que era vaga, irresponsable, tonta…hasta que conocí que tenía TDAH. ¿Por qué se tarda tanto en realizar diagnósticos precoces que nos ayuden a comprendernos?
Me llamo Lidia y hasta hace un año sé que convivo con TDAH (Trastorno por déficit de atención e hiperactividad) casi siempre he tenido muy baja autoestima, porque la mayoría de las cosas que hacía estaban mal hechas, no tenía buena opinión sobre mí, y ahora sé que todo ese sufrimiento se podría haber evitado con un diagnóstico precoz, con ponerle nombre a lo que me estaba pasando y conocer las herramientas necesarias para reorientarlo.
Nadie supo ayudarme. Para la sociedad, la escuela y el pediatra, lo que estaba pidiendo a gritos eran límites, porque ellos solo veían problemas conductuales, no paraba de moverme, parecía que mostraba desinterés por todo, se me olvidaban muchas cosas, y parecía una vaga al no avanzar al mismo ritmo de estudio que los demás.
Todo ello afecto a mi autoestima, acabé con mucha ansiedad y en lo más profundo del agujero decidí acudir a un psicólogo, quien consiguió darme a conocer el TDAH, un nombre que explicaba todo lo que me había pasado durante años. Fue un momento feliz, pero a la vez amargo, porque sabía todo el dolor que me hubiese ahorrado si se hubiese abordado desde la infancia.
Por ello hago esta petición, para dar visibilidad al TDAH y que se conozca la importancia de su detección precoz desde la infancia. Ahora sé que lo ideal hubiese sido poder acudir a especialistas desde pequeña, para conocer técnicas de autogestión, y que se hubiesen dado a conocer en la escuela, donde tanto se me juzgo, y se me expulsaba del aula por no saber reprimir mi “mal comportamiento”.
Ante la neurodiversidad, hay que asumir y entender nuestros comportamientos para: combatir la resolución de conflictos, y destacar lo mejor de las capacidades de nuestra personalidad.
Cuando algo nos gusta, nos focalizamos en ello y ahondamos hasta el final, mostrando un interés sobrenatural del que no nos cansamos. Además de la creatividad, y la capacidad resolutiva que tenemos en momentos de presión.
Sin el TDAH ya no seríamos nosotros, nuestra personalidad quedaría incompleta, pero hay que conocer cómo gestionarla, para que no pueda hacernos daño.