Pregunta para Asamblea de Madrid

¿Ser una mujer joven y tener cáncer no pueden ser sinónimos? Desgraciadamente, SÍ ¿Por qué cuando una persona joven pide pruebas no se le escucha?

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Hola, 

Mi nombre es Lorena, tengo 30 años y soy uruguaya, aunque llevo 17 años viviendo en Madrid, y soy fotógrafa. Con 21 años me diagnosticaron fibromialgia, esa enfermedad con la que, sí, es difícil convivir, pero que además supone un hándicap para otros muchos aspectos de la vida diaria. Y, hace un mes, me diagnosticaron un tumor en el pecho.

Tengo cáncer de mama. A principios del mes de mayo seré intervenida para extirpar el tumor y un 25% del pecho. Después tendré que someterme a sesiones de radioterapia para alcanzar la remisión completa de la enfermedad. 

Todo comenzó cuando hace unos meses me detectaron un fibroadenoma, y tras extraerlo, me salieron otros dos. Hasta que, hace algunas semanas descubrieron que tenía un tumor maligno. Me operaré por medio de la Sanidad Privada, ya que en la Seguridad Social el proceso de reconstrucción mamaria puede alargarse y conlleva otro curso que no me hace sentir cómoda estéticamente. 

¿Existe algún tipo de relación entre la fibromialgia y el cáncer de mama? Lo cierto es que, a día de hoy, resulta imposible saberlo. No sabemos si el tumor ha venido desencadenado por mi enfermedad. La fibromialgia es acompañada a menudo de múltiples interrogantes, espejismos y sinsentidos, por lo que sigue resultando complejo buscar respuestas. Pero la verdadera cuestión que me persigue desde hace semanas es: ¿Por qué cuando una mujer joven acude con algún síntoma y pide pruebas no se le escucha? Mi médico de cabecera me miraba extrañada cuando le pedí pruebas… Parece que ser joven te exime de padecer cáncer, o cualquier otra enfermedad grave, cuando no es así. Por no hablar que al padecer fibromialgia casi pierdes el derecho a recibir cualquier otro diagnóstico. Tener fibromialgia es un handicap muy grande cuando acudes a una consulta médica. Cualquier dolencia o síntoma lo achacan a la enfermedad, y te relegan a un segundo plano. 

Recibir el diagnóstico de una enfermedad no es una tarea fácil, a nivel personal todo tu mundo se tambalea. Psicológicamente no solo trastoca, sino que arrasa, porque aunque te digan “lo hemos cogido a tiempo” o “todo va a salir bien”, el miedo está ahí, patente, palpable. Yo soy mamá de un niño que cumplirá 13 años dentro de poco y no dejo de ver la fecha de la operación como una cuenta atrás. Estoy segura de que si todo sale bien, me replantearé la vida de otra forma; ya lo estoy haciendo, de hecho. 

A menudo le damos importancia a cosas que acaban por ser insignificantes. La enfermedad llega y te hace verlo todo nítido, transparente…y si en ese proceso los profesionales médicos y los trámites burocráticos lo pusieran todo un poquito más fácil, el camino sería más llevadero. 

Por eso estoy hoy aquí, narrando mi historia y transmitiendo mi vivencia, para dirigirme a nuestros representantes políticos en la Asamblea de Madrid y hacerles las siguientes preguntas: ¿Cuándo seremos escuchados los pacientes jóvenes con cualquier tipo de sintomatología? ¿Cuándo se evaluarán pruebas de detección precoz a cualquier paciente independientemente de su rango de edad? ¿Cuándo dejaremos de ser discriminados los pacientes de fibromialgia al padecer cualquier otro tipo de patología? 

Espero su respuesta.

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