Pregunta para Cortes Valencianas
Me llamo Loreto y hace seis años que superé un Linfoma de Hodgkin: ¿Por qué no se fomentan campañas de información y de visibilización del cáncer para incidir en la aceptación y la normalización de la enfermedad?
Me llamo Loreto, tengo 32 años y vivo en Valencia. Cuando tenía 25 acababa de dejar una oposición de judicaturas que me llevó mucho tiempo. Con mi pareja fuimos a una fiesta y de camino, él me detectó un bulto en el cuello. Pensé que me habría salido por la presión que me llevó todo el tiempo de estudio y el examen, pero para salir de dudas, aprovechando que justamente gran parte asistente en la fiesta eran médicos, decidí preguntar. Ellos se lo olieron porque el bulto estaba justo en la zona supraclavicular, dónde suele aparecer el Linfoma de Hodgkin, pero para tranquilizarme me dijeron que seguramente no sería nada e incidieron en la necesidad de que pidiera hora para visitarme en una consulta. Yo ya tenía hora concertada con el endocrino al cabo de pocos días, ya que había tenido problemas con las tiroides y decidí aprovechar la visita.
Me hicieron una ecografía de cuello y miraron el bulto. Dijeron que parecía un quiste branquial, pero me concertaron una resonancia. Cuando me hicieron la prueba en cuestión vieron que la masa se encontraba en el ganglio y me recomendaron un TAC indicando, ya, que podía tratarse de un Linfoma de Hodgkin. Con el TAC se casi confirmó. Decidieron que me operarían para poderme sacar una muestra y hacerme la biopsia.
Me hicieron la intervención el 11 de junio de 2014 y definitivamente me diagnosticaron un Linfoma de Hodgkin. A partir de este momento me empezaron a hacer pruebas para determinar mi tratamiento con quimioterapia. El 15 de julio empecé. Me hicieron 12 sesiones de quimioterapia. Cuando estaba por la mitad del tratamiento cogí una infección y tuve que estar ingresada durante una semana. La quimioterapia me provocó todos los efectos secundarios que se conocen: defensas muy bajas, caída del pelo, llagas, vómitos, uñas moradas, etc. Cuando acabé, no quedaba ni inflamación ni células cancerígenas en mi cuerpo, pero a modo de prevención, los médicos decidieron darme 10 sesiones de radioterapia. En marzo de 2015 terminé el tratamiento. En tres meses tengo revisión con el médico y en principio me darán el alta definitiva. Aun así, y aunque yo me encuentre genial, no dejaré de visitar el médico. En estos momentos tengo una hija y estoy esperando otra.
Durante todo el tiempo de enfermedad y también después, noté que el cáncer no está nada normalizado entre la sociedad. Cuando mencionas la palabra la gente, en general, la asocia a «muerte» y esto no ayuda, para nada, a afrontar la enfermedad a los pacientes des del punto de vista psicológico. Muchas veces la gente no sabe reaccionar ante la palabra cáncer y pienso que se tendría que trabajar para reconvertir la visión de la enfermedad dándole naturalidad e incidir, así, en que deje de ser un tema tabú. Es por este motivo que me dirijo a los políticos de las Cortes Valencianas, ya que son quienes me representan, para preguntarles: ¿Por qué no se fomentan campañas de información y de visibilización del cáncer para incidir en la aceptación y la normalización de la enfermedad?