Por el simple hecho de ser mujer hay que demostrar constantemente que valemos para estar donde estamos ¿Cuándo se van a tomar medidas para que en el sector de los videojuegos no haya conductas machistas o ciberacoso?
Mi nombre es Lucy de Lara (Lulusel) y llevo jugando a videojuegos desde que tengo uso de razón.
Empecé a jugar por mi padre, quien tenía uno de los primeros portátiles que salieron al mercado. Jugaba junto con él y mi hermana al Doom, Prince of Persia y más adelante al Monkey Island y al Age of Empires. Más adelante me adentré en el mundo de las videoconsolas con la Play 1 y la Game Boy Color y siendo un poco más mayor, ya me metí en el mundo de los videojuegos online.
El primer juego online que recuerdo es el World of warcraft. Siempre me relacionaba con chicos siendo, de forma general, la única chica en el entorno y lo cierto es que en esa época nunca tuve ningún problema. Años más tarde, empecé a jugar al League of Legends (LOL) y fue cuando empecé a notar cierta reticencia hacía mí.
Recuerdo perfectamente la primera vez que estuve en una llamada en la que entró gente que acabábamos de conocer. Éramos un grupo de varias personas de España y otros de distintas partes de Europa, por lo que la llamada era en inglés. La partida se torció un poco y los comentarios de uno de los que acababa de entrar se tornaron un poco vejatorios. Se escucharon cosas como “Tu deberías estar en la cocina, qué mala eres”, “No deberían dejar jugar a gente como tú”, etc. Entre que yo en aquel entonces no manejaba bien el idioma y era la primera vez que me ocurría algo así, me quedé bloqueada y sin saber que decir. Pero lo cierto es que lo que más me dolió fue el silencio de mis amigos, todos le rieron las “gracias” y cuando la situación se tornó más incómoda ellos enmudecieron. A día de hoy no les culpo, no todo el mundo sabe reaccionar ante esas situaciones, pero yo creo que al final es de lo que se alimenta esta gente, de que les sigan las gracias, se las rían y que nunca les paren los pies.
Bajo mi opinión, donde más se concentra este tipo de situaciones es en juegos competitivos, más concretamente en los “shooters”. Muchas son las ocasiones en las que en cuanto te oyen voz de mujer, empiezan a llegarte mensajes tipo “Hola, guapa” e intentan inmediatamente agregarte a su lista de amigos, eso sí van de buenas claro. Si van de malas, los comentarios suelen ser del tipo: “seguro que eres fea y gorda, por eso estás jugando a videojuegos” o “tu sitio es en la cocina”. Siempre tiran de clichés.
Luego también te puedes encontrar con que te envíen fotos fuera de lugar. También me ha pasado que al ser streamer, hay cierta gente que apoya tu canal y que a cambio espera que le devuelvas el favor y siempre con una connotación de índole sexual.
Las empresas de videojuegos competitivos deberían sancionar más seriamente comportamientos de esta índole. Más que nada porque la gente que se comporta así, no creo que lo hagan de forma exclusiva hacia las mujeres, si no de forma genérica y es por ello por lo que merecen un castigo más severo. Aunque claro, si se topan con una mujer, claro que van a entrar por ahí.
Aun así, afortunadamente creo que cada vez hay menos brecha porque cada vez somos más mujeres las que hacemos acto de presencia en este sector. No obstante, creo que falta visibilidad y apoyo hacia nosotras. Hay mucha diferencia de la clase de comentarios que reciben las mujeres a los que reciben los hombres. Nosotras, por el simple hecho de ser mujeres tenemos que soportar el triple de presión. Hay que demostrar constantemente que valemos para estar donde estamos. Porque socialmente “lo normal” es que sean ellos los que estén delante de las pantallas o los que pueden destacar por su habilidad sin ser juzgados de que alguien hace el trabajo por ellos.
También me gustaría dedicar un espacio a la visibilidad de las mujeres trans, que creo que son un público que está aún más discriminado y acosado que las mujeres cis en el ámbito de los videojuegos. He tenido la suerte de tener compañeras trans y creo que es muy importante escuchar sus experiencias, darles voz, tener empatía hacia ellas y recalcar la importancia de respetar a todo el mundo sea cual sea su orientación y género. Al final la base de todo es la educación y el respeto, y eso es una cosa que mucha gente aún tiene que aprender.
Por otro lado, en el mundo del casteo (comentarista), en el que me adentré hace un año, las mujeres somos más bien escasas y los comentarios que tratan de hacer crítica sobre nuestro trabajo (tratándolo siempre bajo un mismo nivel) van por la misma línea: que no tenemos conocimientos suficientes, que el tono en el que lo decimos no es adecuado, que no “pega” nuestro estilo… Afortunadamente pequeñas empresas para las que he trabajado apuestan por la presencia de mujeres en sus filas, y lo cierto es que hace bastante ilusión encontrarte con una compañera de la que puedes enriquecerte y aprender, sobre todo en un mundillo donde generalmente los comentaristas son hombres.
Nuestra mayor baza para evitar este tipo de acoso en los videojuegos es no reírle las gracias a este tipo de gente, y castigar ese tipo de comportamientos. Al igual que he me he llevado insultos por tener una mala partida, también he tenido de mi lado a gente (tanto conocida como desconocida) que me ha defendido ante ese tipo de situaciones.