Pregunta para Región Metropolitana de Santiago
Soy Luis Emilio Valenzuela Tapia, uno de los presos de la revuelta social. ¿Cuándo nos catalogarán como presos políticos?
Me conocen como Kanaka, nací en Santiago en abril de 1982, tengo 39 años, estudié licenciatura en filosofía con mención en Marxismo Leninismo en Cuba, revalidando mi título en la Universidad de Chile. Provengo de una familia política, mi madre y mi padre fueron luchadores sociales desde muy jóvenes, mi papá también fue preso político. Cuando yo tenía 8 meses, nos tuvimos que ir exiliados a Alemania (Hamburgo). Volvimos cuando tenía 6 años y la situación en Chile seguía igual. Naturalizamos los allanamientos y las persecuciones, nos criamos en ese contexto.
Cuando fui creciendo me hice dirigente estudiantil, diputado juvenil por dos períodos, representante de cabildos, uno de los fundadores de la Asamblea de Estudiantes Secundarios (ACES), participé en colectivos de educación popular y, en general, toda mi vida ha estado muy vinculada a la política.
En octubre de 2019 estaba trabajando en una agrupación animalista cuando llegó el estallido social. El 19 de ese mes, al segundo día del estallido, llegaron carabineros a buscarme a mi casa en Rengo (VI Región). Tuve que dejarla.
Me incorporé a la primera línea en Plaza Dignidad y me vinculé directamente con colectivos. Estuve colaborando y participando en las manifestaciones hasta marzo de 2020 cuando anunciaron la pandemia. Fue ahí cuando decidí volver a mi casa y así también estar cerca de mi abuela de 90 años para cuidarla.
La última semana de mayo fui a comprar y me di cuenta de que estaba con seguimiento. A la semana siguiente, el 2 de julio en el contexto del paro nacional, partí a una actividad en el peaje de Rengo. Cuando llego vi que había disturbios con carabineros así que decidí irme.
Cuando iba caminando me gritan dos veces, cuando miro había carabineros apuntándome con un revólver. Corrí y recibí seis balazos. En mi huida tomé la bicicleta de una chica y carabineros le disparó dos veces. Mientras me desangraba me torturaron, pusieron mi pierna en una rampa y saltaron sobre ella fracturándomela, perdí el conocimiento dos veces.
Me llevaron al hospital de Rengo, ya que estaba muriendo, me realizaron intervención quirúrgica por fractura de fémur, y a los días me trasladaron al hospital del Centro Penitenciario de Rancagua.
Me imputaron una serie de cargos como porte de arma, robo con intimidación, robo con violencia, desorden público, homicidio a carabinero, homicidio frustrado a civil –que fue la chica a quien carabineros le disparó en mi escapada y que declaran ellos que yo los había efectuado y más encima la habría tomado como escudo humano-, entre otros cargos.
Después de 10 meses en la cárcel, experiencia inimaginable y difícil de traspasar o narrar, me cambiaron la medida cautelar por arresto domiciliario total, con una caución de $2.500.000, mientras dure el proceso investigativo.
Esto gracias a que después de mucho hostigamiento, la chica que recibió los disparos realiza una demanda contra carabineros por ser ellos los responsables.
A la fecha no han entregado evidencia alguna respecto al homicidio frustrado y/o ataque a carabineros. Hoy estoy con arresto en mi casa, en proceso de recuperación y con dificultades de desplazamiento. Por una parte me siento con miedo de que vuelvan a venir y me lleven, como ha sido el caso de muchos otros compañeros detenidos en el contexto de la revuelta social y acusados con diferentes formas de montajes.
Quisiera expresar también mi mayor agradecimiento de todo el apoyo y la solidaridad de la gente, quienes también han luchado por mi liberación.
Hoy me dirijo a nuestras autoridades y representantes políticos, para manifestarles que los presos de la revuelta necesitamos que se nos catalogue como presos políticos, y saber cuál es su postura frente a esto. Es necesario ya que con esta categoría cambia todo, podríamos tener respaldo de organismos internacionales, optar a leyes de indulto, amnistía y tener un mejor trato en la cárcel. De esta manera se entendería que estamos presos por pensar diferente y por luchar por una sociedad más justa.
Para esto necesito el apoyo de todas y todos ustedes, ya que, si conseguimos 250 apoyos, esta pregunta llegará a las autoridades y los políticos que nos representan, quiénes me tendrán que dar una respuesta en esta misma web. Ayúdame haciendo clic en el botón “apoyar” y difundiendo, por todos los que luchamos por un país con más dignidad para todos.