Mi nombre es Luis Fernández García, soy mediador social y vivo en Madrid. Creo que todavía existen muchos prejuicios sobre el pueblo gitano, empezando por el sistema educativo que sigue segregando a nuestros niños y niñas en aulas, centros o líneas educativas en las que se les ofrecen menos oportunidades que al resto. 

No les estamos dando a los niños gitanos motivaciones suficientes para continuar con sus estudios porque normalmente son excluidos por profesores y compañeros. Tampoco se enseña en las escuelas nada sobre el pueblo gitano. Nuestra historia forma parte de la historia de España, pero sigue siendo silenciada.

El racismo antigitano es el más extendido en nuestra sociedad, y el más naturalizado. Se nos tacha de ladrones, vagos y violentos sin ni siquiera conocernos. Todo esto provoca muchas dificultades para incorporarnos al mercado laboral o cursar estudios superiores. No sería la primera vez que rechazan un currículum por los apellidos o la etnia de una persona. 

Este es un problema que sigue estando perpetuado por la sociedad. Los propios medios de comunicación nos exponen en televisión como “tontos”, “vagos” o “fanfarrones”. Programas como el de Los Gipsy Kings o Palabra de Gitano solo muestran al colectivo dentro de unos clichés populares que acentúan la discriminación y los prejuicios. 

Estos estereotipos se van asentando en el imaginario social y favorecen actitudes racistas que hacen que la comunidad gitana sea una de las minorías más rechazadas en España y en Europa. 

En general, sigue habiendo una discriminación cotidiana que se traduce en una empresa que no te hace una entrevista por tus apellidos, adolescentes que tienen problemas para acceder a un local, dificultades para comprar una vivienda, niños a los que se le niega una plaza escolar, etc. 

Por eso quiero dirigirme a la Asamblea de Madrid para pedir que tomen medidas en contra del antigitanismo, que ayuden a proteger al pueblo gitano y que ofrezcan a nuestros niños y niñas una educación con las mismas oportunidades de futuro que las que se ofrecen al resto de población no gitana.