Nuestro derecho termina donde comienzan los derechos de otros
Granada desgraciadamente lleva tiempo siendo portada por los macrobotellones y fiestas sin control.
Estoy de acuerdo con que los jóvenes se diviertan, pero no puedo estarlo con que beban hasta emborracharse, se peleen o molesten a los vecinos de la manera que se hace. Las quejas son un clamor y el ayuntamento parece no querer darse cuenta de ello.
He solicitado a un vecino una reunión con ellos para ver la forma de poder ayudarles y que no se sientan solos ante este problema que debiera ser de todos.
Si soy alcalde no permaneceré ausente. Me implicaré y ayudaré a que los vecinos recuperen la tranquilidad. A la vez que intentaré impulsar una ciudad donde se favorezcan hábitos saludables.
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