Hola. Me llamo Macarena González y convivo con fibromialgia y neuropatía periférica.

Todo comenzó hace 5 años. Me caí en el trabajo, me tuvieron que operar 2 veces y me tocaron algunos nervios del pie, por lo que tuve que estar un tiempo trabajando en unas condiciones no muy buenas. 

A raíz de esta situación, comencé a tener ataques de ansiedad por el dolor, dolor de espalda, ir a urgencias constantemente, crisis, etc. Mi vida ha cambiado mucho. Ahora me levanto con muchas molestias, tengo ‘engarrotamientos’, tengo que pincharme la B12 diariamente, etc. –Todos los días me tengo que medicar-.

Además, estás afecciones me producen insomnio y patologías desembocadas de la salud mental, como la depresión. Incluso hay muchas cosas que ni siquiera puedo comer porque me producen dolores estomacales.

He tenido que acudir a muchas especialistas como, por ejemplo, a neurología ya que han tenido que descartarme bastantes enfermedades por todos los dolores constantes con los que convivo. Actualmente estoy yendo a reumatología puesto que tengo dolor crónico. Hay muchos médico que entienden mi situación, pero otros te derivan directamente a psiquiatría. ¡No estamos locas, el dolor es real!

La fibromialgia es un trastorno caracterizado por dolor musculoesquelético generalizado acompañado por fatiga y problemas de sueño, memoria y estado de ánimo. Los investigadores creen que la fibromialgia amplifica las sensaciones de dolor porque afecta el modo en que el cerebro y la médula espinal procesan las señales de dolor y de no dolor.

Los síntomas a menudo comienzan después de un evento, como un traumatismo físico, cirugía, infección o estrés psicológico significativo. En otros casos, los síntomas se acumulan progresivamente con el tiempo, sin que exista un evento desencadenante. Las mujeres son más propensas que los hombres a desarrollar fibromialgia.

La neuropatía periférica, una consecuencia del daño a los nervios fuera del cerebro y la médula espinal (nervios periféricos), a menudo causa debilidad, entumecimiento y dolor, generalmente en las manos y los pies. También puede afectar a otras áreas y funciones corporales, como la digestión, la orina y la circulación. Las personas con neuropatía periférica, por lo general, describen el dolor como punzante, urente u hormigueante.

Hay muchas personas en nuestra sociedad que no llegan a entender en qué consiste esta enfermedad. Hay veces en las que, por ejemplo, si te duele el cuerpo, no puedes salir o si quedas con alguien, quizás tendrás que cancelar el plan dependiendo de tu estado en dicho momento. Es una situación dura que me entristece, pero es lo que me ha tocado. La vida me ha cambiado al 100%, pero tengo que adaptarme a ella y sé que lo podré conseguir, pero me gustaría tener la ayuda del sistema sanitario. 

Por todo lo plasmado, lanzo la siguiente petición al Parlament de Catalunya para que haya más visibilidad e investigación para las enfermedades autoinmunes. 

De igual manera, me gustaría que hubiera profesionales sanitarios formados en todas estas patologías autoinmunes para que, cuando les contemos nuestros dolores, nos investiguen y nos nos deriven directamente a psiquiatría como si estuviéramos ‘locas’.

Por último, necesito que me den la incapacidad laboral puesto que yo trabajaba como limpiadora y no tengo fuerzas para llevar adelante esta labor. Además, llevo una férula y nadie se ha dignado a mirar los informes ni a realizarme una evaluación. ¡No puedo trabajar y por eso necesito la incapacidad!