Hola a todos, 

Lo primero de todo, gracias por llegar hasta aquí, por leer estas líneas, y por apoyar mi causa. Y, para los que no me conozcáis, me presento: soy Macarena, tengo 26 años y os escribo desde Moguer, un pueblo de Huelva. 

¿Qué hago aquí? Pues bien, transmitiros mi vivencia donando médula ósea, y animar a todo aquel que pueda a hacerse donante. Yo siempre he sido donante de sangre, y en una de las donaciones me plantearon esta opción, por lo que en agosto de 2019 me inscribí en el registro. Para los que lo desconocéis, muchos donantes tardan años en recibir ‘LA LLAMADA’, y algunos ni siquiera llegan a ser compatibles con algún paciente nunca. Pero yo, sorprendente y afortunadamente, recibí esa llamada en febrero de este año. Podía ser 100% compatible con una persona. Me hice el correspondiente chequeo médico en Huelva, y a las 3 semanas me confirmaron que sí, que era 100% compatible.

Entonces pasaron a explicarme todo el proceso, y he de afirmar que estuve a punto de echarme para atrás. Tenía algo de miedo, debía seguir un proceso preparatorio que no me cautivaba y además me pillaba en un momento laboral de abultado trabajo. Y entonces pensé: “Macarena, esto te podría estar pasando a ti, a un familiar cercano…”. Entonces lo tuve claro, seguiría hacia adelante. Isa, de Josep Carreras, me informó de todo, y pasé a llevar todo el proceso en el hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Analítica de sangre, radiografía de pecho, un electro, y las inyecciones previas a la donación -que he de admitir que fue lo más molesto de la donación-. Y el 27 de abril tuvo lugar la donación. 4 o 5 días que no fueron suficientes porque el paciente, por sus dimensiones, necesitarías más células madre; por lo que pasé a un segundo día de donación, algo más corto. 

Y sí, así es como yo regalé VIDA. Rodeada de un equipo médico impecable, y muy bien acogida. ¿Qué le diría a todas aquellas personas que sienten miedo de donar? Que hay que pensar en la vida que vas a regalar, que podía ser un ser querido y que todo lo que damos a lo largo de la vida se ve recompensado, tarde o temprano. 

Me gustaría destacar que desde Josep Carreras, con quien yo llevé a cabo esta procedimiento, se comprometen a abonarte los gastos que genere la donación: alojamiento, manutención, desplazamiento, etc. Afortunadamente, yo económicamente me lo podía permitir, y como con los regalos de mi reciente boda, decidí que se dinero se destinase a otra persona o se donase a la investigación. No me cansaré jamás de poner mi granito de arena

Hace un par de meses me comunicaron que el receptor de mi médula ósea está bien, se está recuperando. ¿Sabéis lo que se puede llegar a sentir? Regalar vida y que esta de sus frutos es un regalo que simplemente no tiene precio. 

¿Sabéis cuántos niños a los que diagnostican leucemia necesitan de donante altruista que quiera regalarles VIDA? Por ellos, por devolverles su infancia y su felicidad, porque ¿acaso no merecen una nueva oportunidad?

Para aumentar el batallón de donantes necesitamos acabar con la desinformación que existe acerca de este proceso. ¿Cuándo veremos verdaderas campañas de promoción y concienciación acerca de la importancia de donar médula? Si toda la población tuviese a acceso a una información y concienciación real, veraz y contrastada, ¿cuántas vidas estaríamos salvando? Representantes del Congreso de los Diputados, os extiendo mi petición, porque creo que sois los principales responsables y quienes podríais obrar en consecuencia: ¿Cuándo será esto posible? 

Y vosotros familiares, amigos, conocidos y ciudadanos: ¡Os animo a firmar y compartir esta campaña, y por supuesto, a que os apuntéis al Registro de Donantes de Médula Ósea!