¡Hola! Mi nombre es Magdalena Seguel Vargas, vivo en la ciudad de Concepción en Chile, soy ingeniera de administración turística de profesión, pero ejerzo hace 11 años como instructora de yoga y coach de desarrollo humano. 

Trabajo con mujeres en el área del empoderamiento y el liderazgo, sin embargo, no participo en una asociación feminista en Chile porque, los movimientos acá están muy divididos. Hay muchas organizaciones que se abanderan como movimientos feministas, que entre sí, no logran trabajar en conjunto y a mí personalmente y al círculo de mujeres en el que participo no le encontramos el sentido a esto.

Debido a esto, no me considero feminista bajo el concepto que se está moviendo aquí, porque no representa a todas las mujeres. En Chile, las mujeres suelen criticarse entre ellas, atacarse y maltratarse porque aún está en pañales el tema del feminismo, aún es muy débil, hay poca información real de los verdaderos lineamientos y objetivos de este movimiento y entre ellas, hay mucha rivalidad por quien dirige, por quien coordina y cómo se hace. 

Por esta razón, realizo muchos talleres y trabajo con mujeres de manera personalizada en el empoderamiento y liderazgo femenino, para así lograr derribar pensamientos limitantes, reestructurar los valores para que así, de esta forma ellas puedan encontrarse a sí mismas y tomar en el fondo el rol y el lugar que merecemos en la sociedad. En Chile, aún existe la desigualdad laboral, el hecho de subir una fotografía en ropa interior a nuestras redes sociales y ser señaladas y vistas como objeto o contenido inapropiado. Así que, de lo que observo, analizo que aún somos mujeres que no hemos logrado desarrollar el feminismo de una manera saludable. 

Las mujeres conectan mucho con mi historia porque vengo de una esfera social muy vulnerable. Viví en un hogar de menores, sufrí abusos sexuales en distintas etapas de mi vida, así que todo lo que yo trabajo, viene desde mi experiencia y es por esto que la sociedad ha valorado y visibilizado por ellos mismos mi trabajo, tratando de sanar a las mujeres. Es por esto que, es vital educar a las mujeres en temas tan importantes como el AUTOESTIMA, que en su mayoría ha sido impuesto por nuestros padres, madres y lo que la sociedad espera de nosotras. 

Es vital entender que no nacemos con autoestima, por ello debe ser creada por cada una, basándose en nuestra propia valoración, nuestras propias motivaciones, aptitudes y habilidades, por lo que nos da sentido. Esto no es una transformación desde la sociedad, sino desde cada persona, porque no hay un empoderamiento sin un autoestima, este es mi eje de trabajo y por eso necesitamos de manera urgente herramientas de educación emocional y espiritual, desligada a la religión, y enfocada en conectarnos con nuestro cuerpo, mente y espíritu.

Es por esto que, mi pregunta a la Cámara de diputados es: ¿Cuándo se destinarán más recursos a la educación de emociones enfocadas en el empoderamiento femenino sólido, formando mujeres líderes del mundo político y social? Para que así, nosotras como mujeres, lo entendamos y veamos cómo vamos a trabajar por ello, porque si sales a la calle a preguntar qué es el feminismo, ninguna te responderá realmente qué es, debido a que no tienen esa educación sobre el tema. 

De igual forma, es muy violento observar en Chile como los cargos de instituciones que deberían ser manejadas por mujeres para mujeres, están muy mal estructurados. Hay mucha desinformación sobre el feminismo, muy pocos recursos, por esta razón, ¡apoya nuestra petición! Con 400 firmas, será respondida por políticos chilenos en la web de Osoigo. Únete y sé parte del cambio.