Soy Marcela Mella, vocera  de la Organización ciudadana No Alto Maipo, creada en el 2007 para proteger y defender el valle y las aguas de la cuenca del río Maipo del nefasto e inviable Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo de AES Gener.  

Llevamos 14 años luchando para proteger a nuestra comunidad y a toda la región metropolitana del desabastecimiento de agua y el impacto medioambiental que generará el proyecto hidroeléctrico Alto Maipo, que está a punto de empezar con sus pruebas de operación comercial. Mientras que el Segundo Tribunal Ambiental aún no se pronuncia sobre las reclamaciones presentadas hace casi 3 años en contra de la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA), por dar luz verde al proyecto. El fallo es apelable por lo que el proceso judicial se podría extender aún más. 

Hasta ahora en el Cajón del Maipo no hay explotación minera metalúrgica. Pero con la llegada de Alto Maipo, también empiezan los sondajes mineros, que ven rentable tener su fuente eléctrica ahí mismo. Si las exploraciones son exitosas, es de esperar que luego se presente un proyecto de extracción minera en el sector. Lo que seguiría destruyendo nuestro entorno. 

El más reciente fue el proyecto de sondajes mineros de la multinacional canadiense Trimetals Mining Chile SCM III, que buscaba determinar la factibilidad de extraer oro, cobre y molibdeno en las cercanías del volcán Maipo, y fue ingresado al Sistema de Evaluación Ambiental a través del procedimiento más simple, una Declaración de Impacto Ambiental (DIA). Posteriormente fue retirado, un patrón que ya conocemos. 

Para entender cuál es el conflicto, primero es importante saber lo siguiente: El Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) administra el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), un instrumento de gestión ambiental de carácter preventivo que permite a la autoridad determinar antes de la ejecución de un proyecto si cumple con la legislación ambiental vigente y si se hace cargo de los potenciales impactos ambientales significativos. 

El titular de un proyecto debe presentar una Declaración de Impacto Ambiental (DIA), a no ser que presente efectos adversos sobre los recursos renovables, que ponga en riesgo la salud de la población, altere sus costumbres, altere el paisajismo, el turismo o el patrimonio cultural, o bien, se encuentre próximo a áreas protegidas, humedales o glaciares, por ejemplo. En esos casos se debe presentar un Estudio de Impacto Ambiental (EIA). 

Los requerimientos de informar a la comunidad y los plazos para levantar observaciones ciudadanas, en el caso de la DIA son mínimos. No existe la obligación de incluir participación ciudadana. La ciudadanía tiene 10 días hábiles desde que el proyecto se publica en el Diario Oficial para solicitar participar, y es la Directora del SEA, quien determina si acepta o no las solicitudes. Vale mencionar que en dos ocasiones la Corte Suprema ha sido calificada como “restrictiva” la interpretación que hace el SEA para rechazar instancias de participación ciudadana. 

Otro problema es que las observaciones ciudadanas no son vinculantes. En el caso de Alto Maipo había 8 mil observaciones y no fuimos escuchamos. Hoy más que nunca exigimos formar parte de las decisiones que impactan a nuestra comunidad y a nuestro medio ambiente.  

Es por esto que me dirijo a las Diputadas y Diputados de la Cámara, para preguntarles cuándo la participación ciudadana va ser considerada con la importancia que merece al momento de calificar el impacto de un proyecto minero o  energético que pretenda instalarse en los lugares donde vivimos. Cuándo la institucionalidad medioambiental va ser independiente, y los cargo no serán elegidos por afinidad política, como es el caso de la directora del SEA. 

Para conseguir una respuesta necesitamos el apoyo de todas y todos ustedes, ya que, si conseguimos 400 apoyos, esta pregunta llegará a los parlamentarios de la Cámara de Diputados, quienes nos tendrán que dar una respuesta en esta misma web.