Soy Mari Carmen tengo 40 años y lucho contra el cáncer de mama metástasico desde hace 4 años.

Nací en Mallorca pero vivo en Jaén. En marzo hará 4 años que me diagnosticaron un cáncer de mama hormonal infiltrante con varias metástasis. 
 

En el momento del diagnóstico estaba embarazada de tres meses y para poder hacerme el PET TAC para saber si tenía metástasis tuve que abortar: tenía metástasis en el esternón en ganglios en la axila, en el ganglio del mediastino y en una vértebra. 
 

No suelo hablar de este tema porque prefiero no darle ese poder a la enfermedad, pero cuando me diagnosticaron cáncer de mama con metástasis se me derrumbó el mundo. Hasta entonces pensaba que la metástasis era igual a la muerte. Cuando empecé a entrar en diferentes redes sociales vi que había muchas mujeres en situaciones parecidas a la mía y que llevaban años conviviendo con la metástasis. Esto supone mucho sufrimiento tanto físico como psíquico.

Afortunadamente la quimioterapia me fue bien y me operaron para hacerme una mastectomía radical y me reconstruyeron el pecho en la misma operación. La operación fue un éxito, pero lo que viene después es la mediación, más pastillas, pinchazos hormonales para provocarme la menopausia y un largo etcétera. 
Muchos días me siento como si fuera una mujer mayor, los cambios hormonales se reflejan en mi vida diaria y me duelen las articulaciones. Pero la enfermedad está parada a día de hoy. 

Mi reivindicación va dirigida a todos los científicos que trabajan en la investigación de nuevos tratamientos contra la metástasis en diferentes cánceres y que necesitan muchos más recursos y financiación de la que reciben. En el hospital de día vi a tantas y tantas personas personas pasarlo mal por culpa del cáncer...
Si hemos conseguido la vacuna contra el Covid en nueve meses, se puede conseguir una cura para la metástasis si se invirtieran más recursos para ello. 

Por eso pido a las autoridades que destinen más recursos para que el sinónimo de metástasis no sea nunca más la muerte.