Me llamo Maria, tengo 42 años y vivo en Euskal Herria. En abril tuve una tromboembolia pulmonar. Un mes antes me habían puesto la vacuna de Astrazeneca contra la Covid-19 y de entrada lo relacionamos con esto. Una vez superada la afección, me percaté de que tenía una mama inflamada y un poco dura. El médico de cabecera me empezó a mirar como si de una mastitis se tratara, aunque los síntomas no encajaran del todo con la patología. Estuve 15 días tomando antibiótico sin que hiciera efecto.

Fui a mi visita al neumólogo para hacer la revisión de la evolución del tema pulmonar. Este día me iba a dar el alta, pero cuando me preguntó si había habido algún aspecto fuera del normal durante este tiempo y le comenté el tema de la mama y que me estaban haciendo pruebas, me informó de que no podía darme el alta, ya que algunas tromboembolias surgían a raíz de un cáncer de mama y que esperaríamos hasta tener el resultado de las pruebas. El médico de cabecera ya me había derivado a ginecología al ver que el tratamiento no respondía a una mastitis, por lo que los miedos se hacían más reales pese a que en las exploraciones no se notaban bultos en la mama ni en los ganglios.

En ginecología me mandaron a hacer una mamografía y una ecografía mamaria. Fue entonces cuando me detectaron un pequeño tumor en la mama y una masa extraña que lo rodeaba. Siguieron haciéndome pruebas hasta que confirmaron que se trataba de masa tumoral y me confirmaron que padecía cáncer de mama avanzado. También miraron si había afectación en los ganglios y me hicieron todas las pruebas necesarias para ver si había hecho metástasis. Finalmente me informaron de que tengo más de cuatro ganglios afectados y de que tendrán que quitarme la mama entera.

Hace tres semanas que recibo quimioterapia. Durante todo este tiempo me he sentido acompañada y muy bien atendida por todos los profesionales sanitarios que me han tratado. Aun así, considero que las instituciones deberían de tener en cuenta la importancia de aumentar el presupuesto destinado a la investigación del cáncer de mama y de sus tratamientos, poniendo el foco en el cáncer de mama metastásico. También pienso que es imprescindible que se incida en la importancia de la detección temprana de la enfermedad. Es por lo presentado que me dirijo a los políticos del Eusko Legebiltzarra, ya que son quienes me representan, para que me respondan a la pregunta: ¿Por qué no se destinan más recursos a potenciar las pruebas diagnósticas y a poder garantizar su posibilidad de uso asícomo a la investigación del cáncer de mama metastásico y de sus tratamientos?