Hola. Me llamo María Francisca de la Flor, tengo 58 años y desde el 1 de agosto del año pasado, he tenido 7 intentos de suicidio porque me encuentro muy mal psicológicamente. 

Toda esta situación comenzó cuando se me acabó el contrato de trabajo. Siempre me he dedicado a cuidar de ancianos. Lo que pasa es que, durante la pandemia, estaba trabajando, pero se murieron los 3 abuelos a los que cuidaba. 

Posteriormente llegó ‘Filomena’ –el temporal de nieve- y me rompí un tobillo. A partir de ahí, tuve depresión y estuve 9 meses así. Además, fue la primera vez que tomé pastillas, veía que tenía el tobillo roto y que no era productiva, por lo que intenté suicidarme. 

Fueron mis hermanos los que dieron la voz de alarma. Tuvo que venir la ambulancia y llevarme al hospital. 

Al tiempo me surgió otro trabajando cuidando a una anciana con demencia. Yo ya estaba muy bien, muy recuperada, no tomaba medicación ni nada. Empecé a trabajar con ella solo por las noches para que no durmiera sola, pero al tiempo discutió con la chica que la cuidaba por el día y se fue. Los hijos de la señora me dijeron que si me podía quedar todo el día y acepté. Eso fue lo peor que pude hacer porque trabajaba 24 horas, 7 días a la semana. 

En ese momento comenzaron los problemas con la señora porque tenía demencia y me ‘machacaba’ de día y de noche. Ante esta circunstancia, fui a ver a mi doctora y me recomendó volver a mi psiquiatra para que me mandara medicación para la ansiedad. 

Todo aumentó y pasé de una pastilla para la ansiedad, a necesitar pastillas para dormir, lloraba por la noche, me levantaba a comer por la noche, tenía bulimia y  anorexia. Llegué a tomar hasta 8 pastillas al día.

La señora seguía insultándome a mí y a mi entorno. Por ejemplo, empezó a insultar a mi madre, que hacía 6 meses que había fallecido, y me amenazaba con un cuchillo, me clavaba las uñas, etc. 

Un día, al llegar a la casa de la señora para trabajar, sus hijos se cuadraron en la puerta y me dijeron que estaba despedida -Esta mujer también les decía cosas negativas a sus hijos de mí-. Esto fue un mazazo para mi, así que ese mismo día me tome medía caja de pastillas, salí a la calle, me desmayé y acabé en una cama de hospital. 

Por todo lo plasmado, lanzo la siguiente petición a las Cortes de Castilla-La Mancha para que haya más visibilidad e investigación para las personas que conviven con patologías relacionadas con la salud mental, así como la prevención del suicidio y la creación de un protocolo eficiente para disminuir el número de víctimas. 

De igual forma, queremos que haya más apoyo a la psiquiatría y a la psicología. Las listas de espera son enormes. A mí, antes, me veían una vez cada 2 meses en psiquiatría, pero ahora es cada 4 meses. Todo esto es por la Seguridad Social, puesto que, desgraciadamente, no tengo para costearme un terapeuta privado. 

Por último, necesito urgentemente alguna ayuda económica que me permita vivir o sobrevivir, aunque sea para comprarme mis medicinas. Actualmente no estoy trabajando y no tengo ingresos. Necesito una ayuda económica porque no estoy bien y veo que no tengo fuerzas para realizar, ahora mismo, ningún trabajo, pero necesito comer. ¡Por eso necesito ayuda urgente!