Pregunta para Asamblea de Madrid

No puedo inscribirme en el servicio de atención psicológica de mi universidad porque está completo. ¿Por qué no se invierte más en salud mental si la demanda es tan alta?

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Me llamo María Jesús, tengo 20 años y estudio Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad Carlos III de Madrid. El año pasado pude acceder al servicio de atención psicológica de la universidad, pero este curso me he quedado fuera por la alta demanda.

Este servicio es la única vía asequible para que muchos jóvenes puedan cuidar su salud mental. La Universidad ofrece dos psicólogos por campus y las sesiones se realizan dos días a la semana, pero somos tantos alumnos los que solicitamos este servicio, que es imposible atendernos a todos. ¿No deberían ampliar la oferta con más psicólogos y más horarios para atendernos

La salud mental de los alumnos que este curso no podrán acceder a este servicio no va a descansar. Estar un año sin asistencia psicológica cuando la necesitas debería ser impensable, igual que lo es estar un año sin ir a rehabilitación si te rompes la rodilla. No es sano.

El psicólogo que me atendía el año pasado me ha asegurado que la demanda es muy alta y que faltan recursos humanos. Recuerdo que los profesionales te pedían que espaciases las citas para poder atender al mayor número posible de personas inscritas. Por lo tanto, alumnos con trastornos psicológicos se veían atendidos dos veces al mes, una vez cada tres semanas si tenían mala suerte y no se inscribían a tiempo, porque inscribirte es una carrera, una competición con el resto de estudiantes que también han solicitado y pagado este servicio.

La universidad es el único espacio en el que a los jóvenes se nos ha concedido la oportunidad de ir al psicólogo ya que la cuota del servicio es de 25 euros anuales, y una consulta privada está fuera del alcance económico de muchos estudiantes. Pero, ¿qué pasa con el derecho a una salud pública del que tanto presumimos? 

Cuando intenté inscribirme este año y vi que no había más plazas pensé: “No me extraña”. Hablo con las personas de mi entorno universitario y no están bien. No solo por lo exigente que es nuestra universidad, sino también por el contexto poco favorable en el que nos encontramos debido a la pandemia.

Por otro lado, esta universidad anuncia constantemente cursos de emprendimiento, talleres para mejorar tu currículum o para aprender a usar Excel, pero en ningún correo, tablón de anuncios o cuentas de redes sociales te hablan del servicio de orientación psicológica. No les interesa promocionarlo, porque todos los alumnos pedirían una cita, y no pueden ofrecerla. 

La idea está muy bien, hay universidades que no lo tienen, pero si van a proponer un servicio de este tamaño, deberían tener en cuenta la demanda. Creo que el problema tiene su origen en los fondos que destina la Comunidad de Madrid a la universidad, y en cómo esta universidad gestiona ese dinero. 

Por eso me dirijo a la Asamblea de Madrid, para que ponga en valor la salud mental de todos, pero también la de los más jóvenes que se están viendo en un contexto de presión, incertidumbre y pocas oportunidades. Los centros educativos son un buen lugar en el que invertir fondos para proporcionar ayuda psicológica, pero también pido que se revise la importancia de la salud mental en todos los niveles y sectores. Cada vez somos más conscientes de la estigmatización que han sufrido las enfermedades mentales, y cada vez están más presentes en nuestra sociedad, no miréis hacia otro lado. 

 

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