Me llamo María, tengo 20 años y sufro recaídas del TCA desde los 15. Creo que todavía hay muy poca información social sobre los Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA). Parece que hasta que no estás en los huesos y a punto de morir nadie es consciente del problema. ¿Por qué no se crean campañas de sensibilización y prevención de estos trastornos?

Los adolescentes cada vez están más expuestos a la enfermedad a través de las redes sociales. Con tan solo un clic puedes encontrar un vídeo, blog o foto que te de algunos consejos sobre “como adelgazar rápido”, “aprende a esconder la comida delante de tus padres” o “como vomitar sin que nadie se dé cuenta”. Internet se ha convertido en el refugio de miles de jóvenes con trastorno de la conducta alimentaria que han creado un universo propio con sus símbolos y su imaginario, sus códigos y su lenguaje. 

Antes podías encontrar estos espacios en blogs más escondidos, pero ahora están por todas partes, en especial en famosas redes como TikTok, Instagram o Twitter. El tono de los mensajes de estas publicaciones suele ser muy negativo en cuanto a la valoración sobre una misma. Entras con la autoestima baja y sales aún peor y con la idea de que debes de adelgazar mucho más reforzada todavía. 

Esto es muy peligroso. Recuerdo que cuando empecé a tener problemas con mi alimentación buscaba estas páginas casi como si fuera un juego. Me ponía metas, quería perder cinco kilos en una semana y hacía lo que fuera para conseguirlo. Sin embargo, cuando alcanzaba el objetivo me ponía otro inferior y así hasta que lograba sentirme algo más cómoda con mi cuerpo. El problema es que cuesta mucho llegar a verse bien, alguien que padece un TCA siempre quiere más, sobre todo cuando tu cuerpo no se asocia al de una persona enferma.

Yo nunca he llegado al extremo de tener que ingresar en un hospital, no pesaba 40 kilos ni tenía aspecto de enferma. Tenemos que quitarnos de la cabeza ese estereotipo de chica anoréxica porque la realidad es que existen personas con sobre peso que también sufren esta enfermedad, y no me quiero ni imaginar lo duro que tiene que ser que todo el mundo te cuestione a diario.

La anorexia o la bulimia son trastornos generalmente asociados a las mujeres, pero lo cierto es que cada día más hombres también los padecen. La exposición a las redes sociales de niños de 12 años hace que estén todo el día comparándose con cuerpos falsos y filtros de Instagram. Esto es más grave de lo que parece y las familias deberían ser conscientes de ello. 

Todavía hay poca consciencia social sobre los TCA, muchas personas siguen haciendo de menos conductas que suponen indicadores claros. Que una chica joven llore a diario porque no se siente cómoda con su cuerpo, que sea reacia a comer cierto tipo de alimentos por las calorías que tienen o que deje de salir a cenar fuera son actitudes que tienen que hacernos saltar la alarma. 

Por todo esto quiero dirigirme al Congreso de los Diputados para pedir que se tomen medidas al respecto. Necesitamos tener más información sobre los TCA y sus consecuencias, por ello creo necesario crear campañas de concienciación y prevención para evitar que los menores tengan que sufrir estos problemas con la alimentación.