Hola soy Andrea, mamá de una niña y un niño y vecina de Manzaneda de Torío, un pequeño pueblo de la provincia de León. Vivo a diario una realidad que comparto con otras cuatro familias de la localidad y que ahora os voy a contar. Todo empezó cuando mi hijo mayor tuvo que empezar a ir al colegio correspondiente, que es el de Villaquilambre. Para poder llegar hasta allí existe un servicio diario de autobús escolar, pero mi sorpresa llegó cuando me dijeron que la parada se encontraba a un kilómetro de mi pueblo.

Ante la sorpresa de tener que ir cada mañana caminando por una carretera que no tiene ni arcén ni acera (con los peligros que esto conlleva), decidí poner en conocimiento del director del colegio de Villaquilambre esta situación, ante la que me remitió a la Dirección Provincial de Educación de León, dependiente de la Junta de Castilla y León. Allí presentamos un escrito, pero no obtuvimos respuesta.

Esto ocurrió en diciembre de 2018. Ahora la realidad ha cambiado. Son siete los niños que cada día cogen el autobús tras recorrer un kilómetro por la carretera. De hecho el año que viene serán ocho, ya que mi hija también empieza la etapa escolar. 

Aquel escrito que presentamos a finales de 2018 fue acompañado de otro, elaborado por el director del centro, que sí obtuvo respuesta. La Dirección Provincial de Educación contestó que necesitábamos un informe de la Guardia Civil sobre el trayecto debido a la ‘peligrosidad’ de que el autobús entrara en el municipio por el mal estado de la carretera. 

Después de mucho pelear conseguimos el informe de la Guardia Civil, en el que nada se dice sobre este peligro, apuntando sencillamente a la necesidad de colocar espejos en algunos cruces y a la recomendación de usar un autobús de menores dimensiones. 

Ante esta situación, la empresa de transporte nos dice que no pueden poner un autobús más pequeño ya que esta ruta es compartida, es decir, otros usuarios pueden desplazarse en este autobús junto a los niños, algo que creemos que no es legal. De todas formas, si para los pequeños no es sencillo recorrer cada día la distancia hasta la parada, imagínense para los mayores del pueblo. 

Después de que señalaran la presunta peligrosidad de la carretera, vemos cómo en Fontanos y en Riosequino sí que entra el autobús en la localidad, cuando su carretera no es mucho mejor. De hecho, en nuestro pueblo entra el autobús de línea sin problema, hasta el punto de que hay una marquesina instalada en el interior del pueblo y espejos colocados donde se necesita. 

Por eso pregunto. ¿Por qué ponen tantas trabas a vivir en los pueblos? ¿Por qué tenemos que tener menos derechos que el resto?

Estoy segura de que afrontar esta situación se encuentra en los planes de algunos políticos, pero necesitamos soluciones cuanto antes: les instamos a que rubriquen sus compromisos en este asunto.

A todos los demás os agradezco mucho el apoyo a este tema, pidiendo que lo difundáis por todas vuestras redes. Juntos lo conseguiremos. Muchas gracias a todos.

Súmate a esta iniciativa ¡todos ganamos!