Pregunta para Parlamento de Andalucía
Soy María y en menos de una semana me someteré a un trasplante de médula: ¿Me ayudaréis a concienciar sobre la importancia de donar médula?
Hola,
Soy María, soy de Málaga, y en menos de una semana me someteré a un trasplante de médula. Estoy a un solo y duro paso de acabar con mis linfomas. Y quiero dejar claro que no soy una guerrera ni una luchadora, sino tan solo una chica de 21 años a la que le diagnosticaron cáncer con 18.
Hace dos años, en el mes de agosto de 2018, empecé a convivir con síntomas que distaban de la más absoluta normalidad. Estaba muy cansada, ese mes mi cuerpo no quería moverse. Me hicieron varias pruebas, pero no daban con lo que era. El 17 de agosto acudí al médico por tercera vez y allí me hicieron una placa de tórax. En la radiografía vieron algo raro. Me iban a hacer un TAC de contraste para asegurar, y más tarde se confirmó: tenía un linfoma de Hodgkin.
Empecé con quimioterapia y al cabo de los meses se confirmó que el linfoma se había reducido al 97%, por lo que con un tratamiento de radioterapia se sellaría. Pero al acaba la radio un nuevo dolor confirmó lo peor: una recaída. Entonces vieron que tenía varios linfomas repartidos por la zona del tórax. Tras un tratamiento de quimioterapia y otro de inmunoterapia fallidos, por fin hemos controlado la enfermedad con un nuevo tratamiento de inmunoterapia. El pasado octubre me confirmaron que mi enfermedad estaba en remisión. Los signos y síntomas del cáncer han desaparecido, pero ahora debo someterme a un trasplante de médula para que las células cancerígenas no vuelvan a reproducirse en mi cuerpo.
Y he llegado hasta aquí para contaros que cuando me diagnosticaron cáncer en ningún momento me vine abajo, al contrario, creo que he sido la persona de mi círculo cercano que más fuerza ha demostrado. Y la vida se para en seco cuando recibes un diagnóstico así. Yo tenía 18 años, acababa de hacer selectividad y estaba a punto de mudarme a Antequera para empezar un Grado Superior, pero mis planes se vinieron abajo entonces. A día de hoy estoy en el primer curso de Turismo y viviendo, a secas.
Tengo cáncer, sí, pero no he dejado nunca que eso me frenara, diría que incluso lo contrario, me ha obligado a hacer cosas. Llorar y lamentarme nunca me habría servido de nada. Una recaída a menudo te hace venirte abajo, es cierto, pero ¿y después? No te queda otra que seguir hacia delante y VIVIR.
No me gustaría despedirme sin realizar una petición. Afortunadamente, yo podré recibir un trasplante de mi padre, y mi hermano también es compatible. Pero, desgraciadamente no todos los pacientes corren la misma suerte, y necesitan de un donante anónimo compatible. Por eso mi principal propósito es concienciar a la ciudadanía de lo importante que es donar médula; y a las instituciones, el Parlamento de Andalucía en esta ocasión, de que eleven a otra escala esa concienciación. La donación de médula ósea no es un proceso engorroso o doloroso, como gran parte de la población opina. Y, donando médula, o incluso sangre, plaquetas, o plasma, estamos SALVANDO UNA VIDA.
Lo que leéis en este escrito son mis palabras sí, pero qué bien ha sabido plasmarlas Carlos Gil en su reportaje.