Me llamo Màrius, soy de Barcelona y tengo 21 años. A partir de los 17 años entré en el mundo de la moda y ahí empecé a obsesionarme con el físico, con cuidarme, pero no en el sentido de sentirme más saludable, sino de verme bien físicamente. Esto me llevó a hacer dieta, tener restricciones con la comida, compararme con otras personas cuando iba a los castings y en definitiva, a no gustarme.

A partir de ahí cogí también estrés y ansiedad, se me fueron acumulando diferentes cosas, y empecé a restringirme aún más, a dejar de comer ciertos alimentos, hasta llegar al punto de no comer. También tuve etapas en la que me obsesionaba por comer siempre sano, lo que se llama ortorexia, y otras en las que tuve bulimia y trastorno por atracón.

Yo no quería aceptar que tenía un problema, seguramente porque me avergonzaba. Además, los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) suelen relacionarse más con las mujeres, y la idea de que un hombre tenga TCA está mucho más estigmatizada. Temía que si se lo contaba a mis amigos, me pondrían una etiqueta y pensarían que soy raro, alguien que se sale de la norma.

Hubo una época en la que estaba mal anímicamente, lo que me hizo empeorar mucho la enfermedad, llegando a comerme dos paquetes de galletas en cuestión de minutos y luego sentirme mal por haberlo hecho. Fue una época muy dura para mí, y ahí decidí empezar a buscar una solución.

Estos últimos meses he estado tratándome con terapia, pero ha sido difícil con la pandemia. A día de hoy sigo trabajando algunos aspectos como mi relación con los dulces, ya que son muy adictivos, pero en general puedo decir que me he recuperado de esta enfermedad.

Tuve una infancia y adolescencia feliz en general, siempre he estado acompañado de mis amigos y por suerte nunca ha sufrido acoso escolar. Sin embargo, hay muchísimas personas que tienen o han tenido TCA a causa de experiencias traumáticas provocadas por el bullying. Por mi parte, creo que lo que me llevó a mi enfermedad fue el hecho de ser una persona muy sensible y con problemas de autoestima.

Al fin y al cabo, sea acoso escolar o sea TCA, así como otros problemas de salud mental, el origen está en las inseguridades y la falta de autoestima de cada uno, y creo que se debería trabajar más en esta línea en las aulas. En mi caso, recuerdo que en la asignatura de Educación para la Ciudadanía nos hablaban de temas relacionados con la ética y la moral, más generales, pero no sobre autoestima y crecimiento personal.

Es por esto que me quiero dirigir a los miembros del Parlament de Catalunya, ya que soy de Catalunya y son mis representantes en dicha cámara, para que se enseñe más sobre la autoestima y el crecimiento personal en las aulas, incluyendo contenidos en Educación para la Ciudadanía, o incluso creando una asignatura enfocada a este tema.

Estos últimos años han sido muy duros para mí, ni siquiera puedo expresar lo que llegué a sentir para que me pueda entender la gente que no ha tenido un TCA. Por eso mismo quiero concienciar para que los niños y niñas y adolescentes puedan crecer sin problemas de autoestima, sea por acoso, por autoexigencia o por el motivo que sea.