Me llamo Marta y mi madre sufrió un cáncer de mama cuando tenía 57 años.

Hace seis años, autoexplorándose, se descubrió un pequeño bulto en el pecho. Por no asustarnos, tardó un mes y medio en decírnoslo, y cuando pidió cita con su médico de cabecera, se la daba para varias semanas más tarde.

Decidimos visitar a un médico privado para que le realizasen las pruebas pertinentes cuanto antes, tras las que nos confirmaron que mi madre padecía un cáncer de mama hormonal.

Pasado un mes, y ya en un hospital público, la operaron. A continuación le administraron varios ciclos de quimioterapia y, por último, radioterapia. Estos tratamientos dejaron a mi madre muy débil tanto a nivel físico como psicológico; y aunque a día de hoy está recuperada, el miedo ante una posible recaída no desaparece.

Tras vivir este proceso de la mano de mi madre, decidí  escribir “Antología diagnóstico: ¿guerreras?”, en el que varias mujeres que han pasado por un cáncer de mama cuentan la forma en que vivieron y lucharon contra esta enfermedad.

Ahora, con esta iniciativa, pido al Parlament de Catalunya que destine más recursos a la investigación del cáncer de mama y a la mejora de los programas para su detección precoz, pues hablamos de una enfermedad en la que el tiempo es completamente decisivo.