El paro es el problema más acuciante para los granadinos
De impulso iba a responder que el paro porque conocemos el dato de que Granada es la cuarta ciudad con más paro de España, y porque es palpable en la ciudad día a día. Por confirmar he acudido a la encuesta de EGOPA y efectivamente: el paro es el problema más acuciante para los granadinos. Los siguientes son las cuestiones económicas y la corrupción. Y es lógico que así sea. La situación de desempleo tiene un efecto de preocupación inmediata y acuciante sobre las cuestiones económicas, porque hemos perdido el sistema de red y garantías básicas de las sociedades civilizadas. Tenemos así una absoluta dependencia del trabajo para la mera supervivencia, dejándonos una grave situación de dependencia que lleva a aceptar la precariedad laboral y económica, tanto de empleados como de autónomos y profesionales. Y la siguiente: la corrupción, que es la madre del cordero, la causa primera. La corrupción no es un problema moral, sino una forma defectuosa e ineficaz de organizarnos como especie. En un sistema corrupto los recursos y trabajos no se administran para la generación de riqueza verdadera encaminada al bien común, sino en función de intereses particulares
La solución pasa para empezar por erradicar la corrupción e implantar sistemas de transparencia y participación que garanticen el control social de las decisiones. Eso permitirá que estas decisiones se tomen por el bien común. A partir de ahí, la generación de empleo de calidad pasa por fomentar la economía local mediante el uso inteligente y sostenible de los recursos locales. Por ejemplo, la agricultura ha perdido en Granada 3.000 puestos de trabajo en los últimos 15 meses. Y esto ocurre cuando tenemos la Vega más fértil de Europa pero importamos la mayor parte de los alimentos que consumimos. Tenemos las mejores condiciones para generar una industria de transformación alimentaria de alta calidad y producción. También es posible la recuperación de empleo en la construcción mediante el fomento de la rehabilitación enfocada a una mayor eficiencia energética en las viviendas, a su abrigo, lo que ayudaría a paliar las situaciones de pobreza energética. Esta reactivación se puede financiar con los fondos que Europa está destinando a programas con este fin, para avanzar en el cumplimiento del protocolo de reducción de emisiones de Kyoto (más del 50% de las mismas corresponden al uso de los edificios), y evitar las sanciones que llegarán en caso de que los objetivos de reducción no se alcancen.
La rehabilitación energética también se puede activar mediante el incentivo de créditos a amortizar con el ahorro en los costes de calefacción y climatización.
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