Pregunta para Cortes Valencianas
El germen de la gordofobia está implantado en la sociedad desde hace mucho tiempo. ¿Cuándo vamos a dejar de normalizar hablar de cuerpos ajenos?
Me llamo Marta y desde que era pequeña he sido una niña gorda. A partir de los 5 o 6 años empecé a ser consciente de que los niños me miraban y se reían de mí por algo que yo no controlaba. Desde muy pequeños interiorizamos la delgadez como lo normativo y aceptable, y rechazamos la diversidad.
La gordofobia está tan incrustada en la sociedad que la he sufrido incluso en la sanidad. Cada vez que sufría algún tipo de dolor muscular me sugerían que bajar de peso sería la solución. Es increíble pensar que los médicos achacan cualquier problema a tu peso, y la respuesta es siempre adelgazar.
Con 12 años realicé una dieta bastante fuerte y perdí 10 kilos que no tardé en recuperar. Nadie me impuso esta dieta, yo decidí hacerla porque con esa edad la sociedad ya me había hecho entender que mi cuerpo no encajaba y yo quería que me viesen como una niña “normal”, delgada, quería que me aceptasen.
He escuchado a familiares decir en cumpleaños infantiles que estaba un poco “gordita”, que con lo guapa que era mejor “si bajaba de peso”. Estos comentarios discriminatorios que tenemos tan normalizados me han acompañado toda mi vida. Cuando ya era más mayor y empecé a salir de fiesta me sentía muy insegura, una vez bailando con mis amigas escuché a un grupo de chicos decirle a otro “te reto a que te lleves a la gorda”.
A raíz de la pandemia he utilizado las redes sociales como canal para divulgar sobre este tema, y del mismo modo que hay muchas personas apoyándome y agradeciendo mi difusión, también hay quien juzga mi salud sin conocerme. Cuando me dicen que fomento la obesidad me da mucha impotencia, yo me esfuerzo por tener una vida saludable, pero aunque no lo hiciese, a nadie le incumbe más que a mí.
El primer video de mi perfil que se hizo viral fue un baile de TikTok en el que la mayoría de los comentarios eran sobre mi físico, personas que no saben nada de mi vida me llamaban gorda desde el otro lado de la pantalla. Eso me molestó porque en TikTok hay muchísimo contenido de chicas bailando, es la dinámica de la aplicación, pero parece que por tener un cuerpo que se sale de la norma, mi video y mi aspecto pueden ser juzgados por cualquiera.
Las personas gordas siempre somos la burla en el colegio, en educación física se reían de mí. Lo triste de todo esto es que sufrimos acoso y discriminación por algo que está fuera de nuestro control. Sin embargo, ahora estoy demostrando que por muy gorda que seas puedes ser activa, dedico mucho tiempo a practicar boxeo y crossfit.
He sentido ansiedad en varias ocasiones por esta situación, por eso lanzo esta campaña para concienciar a la sociedad sobre como nos sentimos las personas no normativas en nuestra vida diaria, en actividades tan cotidianas como ir de compras a una tienda y que nada te quepa.
El germen de la gordofobia esta implantado en la sociedad desde hace mucho tiempo, los niños más pequeños rechazan a otros niños porque se salen de lo que les han hecho entender que es “normal”, por eso la educación hace mucho. Me dirijo con este texto a las Cortes Valencianas y les pregunto ¿qué medidas se pueden tomar para que dejemos de normalizar hablar de cuerpos ajenos? La sociedad necesita un cambio, y está en manos de las instituciones y de los ciudadanos.