Hola a todas y a todos, me llamo Tatiana y soy enfermera residente de primer año en Obstetricia y Ginecología (Matrona). Actualmente estoy ejerciendo mi residencia EIR en Canarias. Hoy vengo a hablaros un poco de la precariedad que encontramos en nuestro sector sanitario.

Para comenzar quería contaros que para ser matrona en España es necesario superar primero el Grado en Enfermería y después presentarse a un examen nacional denominado EIR (Enfermera/o interna/o Residente) para poder acceder a una plaza como especialista. En mi caso, me gradué en 2019, y después de dos años trabajando como enfermera, prepararé dicho examen.

Las condiciones laborales tanto de enfermera generalista, como especializada son muy precarias. Los contratos son de corta duración, en diferentes hospitales, Unidades y centros de salud. A esto hay que sumar el problema de la conciliación familiar. No sabes dónde vas a trabajar, no puedes hacer planes a largo plazo. Tampoco sabes lo que va a durar tu contrato o a qué Unidad te van a destinar.

Por lo tanto, nuestra situación al salir de la residencia EIR es muy inestable: sobrecarga de pacientes, doblajes, en muchas comunidades autónomas no existe bolsa de Enfermería especializada, falta de reconocimiento tanto administrativo, como económico… Esto me lleva a plantearme: “¿para qué estudiar tanto? si luego no se reconoce en ningún sitio nuestroesfuerzo”.

Igualmente, las complicaciones para conseguir un puesto fijo vía oposición ocasionan que profesionales con más de 10-15 años de experiencia sigan con contratos precarios y lo que esto acarrea.

Asimismo, a la falta de matronas que ya existía en nuestro país y de la que llevan años advirtiendo las asociaciones de matronas, se suma la pandemia de estos últimos dos años. Muchas profesionales han dejado sus puestos de trabajo, otras se han trasladado de servicio y las residentes que consiguieron plaza durante este período tuvieron que atrasar el inicio de su formación, además de realizar apoyo a Unidades Covid19 que no estaban incluidas en su plan formativo, ¿por qué?: porque era lo que había que hacer en ese momento y las consecuencias las estamos empezando a ver este verano y las seguiremos viendo en los próximos años.

Esto se resume actualmente en paritorios en los que debería de haber 4 matronas hay 2 como mucho y en una Atención Primaria muy, muy deteriorada. El seguimiento y la continuidad asistencial resultan casi imposibles, clases de preparación al parto, apoyo a la lactancia y campañas educativas inexistentes. Resultan imposibles de realizar porque no hay profesionales o las que hay se van, ¿quién se va a querer quedar con las condiciones que tenemos?

Y como siempre, las principales afectadas son las pacientes y las matronas que están luchando por sacar su trabajo adelante con los pocos recursos que tienen. La salud no puede seguir esperando, las y los pacientes necesitan una atención de calidad. Por eso, me gustaría preguntarle al Ministerio de Sanidad ¿hasta cuándo van a seguir manteniendo la precariedad en nuestrosector?