Pregunta para Cortes de Castilla y León
¿Cuándo se va a erradicar la gordofobia del sistema sanitario? Los médicos diagnostican por el físico sin conocer el motivo de la dolencia, discriminando al paciente con estereotipos que prevalecen por encima de su salud
Me llamo Mercedes, tengo 57 años y llevo décadas sufriendo discriminación por mi aspecto físico. Gran parte del personal sanitario práctica la gordofobia de forma automática, juzgándome sin conocer mis hábitos, mi ritmo de vida, mis circunstancias y lo que es aún peor, sin molestarse en conocerlos.
Solo predomina la primera línea de un informe médico en el que se indica que tengo “obesidad”, un escrito de hace años cuando acumulé kilos por el reposo absoluto de una dolencia durante un año, que no se corresponde con el peso actual, y que nunca se ha llegado a modificar cuando hay aspectos más importantes de mi salud que se deberían priorizar.
El problema es que si yo acudo a un especialista que no me conoce de nada, y entro por la puerta estando gordita, con un historial que lo primero que cita es obesidad, ese médico ya no me escucha, diagnostica con su primera impresión estereotipada de vaga, comilona, sedentaria y despreocupada, y el problema médico que presento se soluciona perdiendo peso sin dejarme hablar. Es decir, te aleccionan “eso es por el peso” y se enfadan si intentas hacerles ver que no tienen razón, acabando por humillarte, tacharte de mentirosa y haciéndote sentir tan mal que acabas saliendo de la consulta llorando, humillada, enfadada por los modos que tienen de increparte por tú aspecto físico.
Por ello lanzo esta petición, porque esta discriminación y maltrato están instaurados en los hospitales en los que el personal sanitario te "juzga", te diagnostica y te receta en función del IMC, sin atender a síntomas, sin realizar pruebas, y sin preguntar el paciente ni creer en su relato. Llevando a cabo una mala praxis que obliga a solucionar las dolencias de forma privada.
Así es como tuve que curarme de dolencias que se podían haber tratado de forma pública, y no gastando mi dinero en tener que acudir semanalmente a otra comunidad autónoma para ser tratada por especialistas, profesionales que nunca me dijeron que las causas fuesen por sobrepeso y que desaparecerían si me ponía a dieta.
Tengo tres trabajos, estoy de 12 a 15 horas diarias de pie y en constante movimiento, me gusta caminar, tengo bastante agilidad y ningún problema de salud relacionado con colesterol ni otras patologías asociadas al sobrepeso. La vida sedentaria, sin deporte, y con una mala alimentación también puede darse en personas delgadas, por lo que la constitución física no es sinónimo de buena salud.
Es inadmisible que en la sanidad pública se valore la salud por los estereotipos del aspecto físico. Si estás gordo es porque no haces ejercicio, no llevas una vida activa, comes mal y en general no te cuidas. Cuando son los primeros que tenían que saber, como profesionales de la salud, que la obesidad es el resultado de muchos factores (genética, metabolismo, causas psicológicas y neuroendocrinas, problemas de salud, efectos secundarios de medicamentos que hinchan, condiciones económicas y socioculturales...) todo ello influye en la vida de un individuo y ellos no parecen tenerlo en cuenta.
En definitiva, las personas con cuerpos no normalizados, no somos ciudadanos de segunda, pagamos también nuestros impuestos, y por tanto tenemos el mismo derecho que todos a recibir un trato respetuoso e igualitario cuando acudimos a la seguridad social.