Pregunta para Cortes de Castilla-La Mancha

Los procesos de reproducción asistida están fuera del alcance de las familias de clase humilde y trabajadora. ¿Por qué el proceso de FIV por la SS se paraliza una vez llegas a los 40 años?

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Mercedes M. Pregunta de Mercedes M.

Hola me llamo Mercedes y tengo 39 años. Escribo en osoigo para dar visibilidad a una realidad que sufrimos muchas mujeres a la hora de querer empezar los procesos de reproducción asistida. En mi caso, el principal enemigo ha sido el reloj y las largas listas de espera en la Seguridad Social. También la imposibilidad de pagar un tratamiento por la vía privada, cuya cifra asciende a cinco dígitos.

Todo empezó hace tres años, cuando me casé. Por aquel entonces, tenía 36 y sabía que quería formar una familia, pero todavía no habíamos dado el paso. Tuve la suerte de quedarme embarazada enseguida, sin embargo, duró poco, ya que al principio del embarazo sufrí un aborto espontáneo. Esto fue un duro golpe, pero nos animó a seguir intentándolo y a tener clarísima la decisión de formar una familia. 

Conforme iba pasando el tiempo y no me quedaba embarazada me iba poniendo nerviosa. Era totalmente consciente de que el “reloj biológico” jugaba en mi contra. Tuve la mala suerte que durante el proceso apareció la pandemia y todo se ralentizó, de hecho, hasta día de hoy. Yo siempre he ido a una ginecóloga por la vía privada, ya que tenía antecedentes de cáncer y prefería hacerme revisiones constantes y periódicas, cosa que en la Sanidad Pública rara vez se consigue.

Cuando le comentaba a mi médica que no me quedaba embarazada me decía que era normal, que a veces cuesta un poco. Nos hicieron las primeras pruebas y todo salía “normal”. Le acabé cogiendo manía a esta palabra, ya que es tan repetida como ambigua en los procesos de fertilidad. Poco a poco me iba acercando a los 40 años y eso me causaba muchos nervios e incertidumbre. 

Finalmente, decidimos pedir cita por la Seguridad Social, en la especialidad de fertilidad. La pedimos en junio del año pasado y la primera consulta la tendremos en marzo de este año. A todo esto, en Castilla La Mancha los procesos de reproducción asistida por la vía pública se paralizan a los 40 años, cosa que hace que si no lo has terminado con esa edad, hayas estado perdiendo tiempo y salud como mujer. 

Si me han dado la cita a los 39 años, ¿Cómo es posible que a los 40 me vayan a cortar el procedimiento? No tiene ningún sentido. Como todo esto nos generaba, a mi marido y a mí, mucha ansiedad, la ginecóloga a la que había ido siempre me recomendó ir otra clínica privada de Madrid, ya que tenía un contacto allí que me podía facilitar las dos primeras sesiones (las de las primeras pruebas) gratis. Allá que fuimos. Tuvimos la primera consulta y allí nos hicieron algunas pruebas. Después nos citaron para darnos presupuesto y explicarnos todo el proceso. 

Yo estaba muy frustrada porque no tenía esa cantidad tan alta para poder costear el tratamiento, pero de repente mi marido me preguntó: ¿Si tuvieras el dinero seguirías adelante con todo el proceso y lo que supone? La respuesta no la tenía clara, pero me hizo pensar en otras opciones. 

¿Cuánto cuesta una vida? ¿Por qué la Sanidad Pública no garantiza estos tratamientos y tiene un servicio lleno de carencias? En el caso de que salga mal el proceso y no consiga quedarme embarazada, ¿Voy a ser capaz emocionalmente de seguir pagando el recibo del tratamiento?

Cuando surgen todas estas preguntas necesitas un apoyo psicológico que, por desgracia, también escasea en la seguridad social. Por la vía pública es inexistente el acompañamiento psicológico y por el seguro privado insuficiente. Por lo que también necesitas estar en una situación económica privilegiada para poder costearte la atención necesaria. 

 

Por todo estos motivos, a día de hoy, hemos decidido ser padres de otra manera e investigar la opción de la adopción. No renunciamos a formar una familia y vamos a seguir intentándolo, en este caso, ofreciendo una familia a algún niño o niña que la necesite. 

No renuncio a ser madre biológica, sin embargo, contemplo las otras opciones porque antes de empezar el duro proceso de reproducción asistida ya me he encontrado con muchos obstáculos que no me dejan avanzar. Por lo que me gustaría reivindicar el derecho a contar con una Sanidad Pública que se preocupe por las mujeres que queremos ser madres y nos encontramos con problemas para serlo. El derecho a tener una Sanidad Pública que se preocupe por nuestra salud mental y que no nos deje desamparadas ante procesos y decisiones tan duras.

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