Hola, me llamo Miriam Duarte y tengo 27 años. Recurro a osoigo para contar lo ocurrido con los servicios sanitarios públicos de Sevilla. En julio de 2020 sufrí un tirón por la práctica de un ejercicio que, en un principio, no le di importancia, pero a los 5 días cuando recaí de nuevo en los dolores sí. Cada vez que iba al médico por cada recaída, en el Centro de Salud de mi pueblo me mandaron reposo y pastillas porque decían que supuestamente tenía sobrecarga muscular y, tras dos meses de puro dolor, decidí ir al hospital porque los médicos de mi centro de salud no le daban importancia mi caso. 

Cuando me vieron en el hospital, logré que me dieran una carta dirigida a mi médico de cabecera para pedir cita para el rehabilitador porque decían que lo que me pasaba no era normal. Por aquel entonces, yo tenía muchísimo dolor y había pasado por una larga etapa totalmente sedentaria debido al reposo que los médicos me habían aconsejado. El rehabilitador me diagnosticó una lumbalgia añadida al Síndrome del Piramidal, y tb una atrofia muscular, este último es por consecuencia del reposo. A día de hoy, todavía no estoy recuperada del todo porque mi debilidad muscular me complica las cosas, y conseguir una mejora es difícil y a largo plazo. 

El tiempo entre las diferentes citas médicas de especialistas era grandísimo, primero tuve que esperar un mes y medio para el médico rehabilitador, luego dos meses para la radiografía, luego otro mes más para volver al rehabilitador y otros dos meses para el fisio del centro de salud. La última cita tardó otros tres meses y fue con el médico del dolor (quien únicamente me mandó medicamentos y recomendaciones). Todos me dieron el  alta médica, dejándome sola en el proceso. Actualmente, he tenido que recurrir a un fisio privado, con el que he tenido varias recaídas, ya que mi curación se basa en continuas recaídas al hacer ejercicios hasta que, por fin, mis músculos lo soporten. 

La rehabilitadora me negó una resonancia magnética para descartar una hernia de disco, se basó en que soy joven para tenerla y mi médica de cabecera me decía que ella no puede hacer nada al respecto. En mi caso, el descontento con los servicios sanitarios públicos es muy grande porque si no fuera porque decidí ir al hospital, nunca me hubieran hecho caso en mi centro de salud, incluso el 061 me negó la ambulancia en su día antes de ir por primera vez al hospital porque decía que lo mío no era urgente y yo estaba arrastrando las piernas del dolor, sin poder andar. 

Al hospital fui un total de dos veces, la primera logré el volante para el rehabilitadora, pero la segunda vez (había pasado la noche con escalofríos, dolor, síntomas de fiebre e incluso me caí al suelo de la debilidad) no logré nada de importancia y, tras mucho tiempo de espera,  me hicieron una radiografía de una parte de la columna y me inyectaron un pinchazo para el dolor. Si no fuera por mí, no sé qué hubiera ocurrido conmigo porque llegué hasta el extremo antes de ser diagnosticada de no poder ni alargar la mano para encender la luz mientras estaba tendida en la cama con un dolor tremendo en todo el cuerpo. 

También, soy Técnico Superior de Dietética y me gustaría indicar que estoy en búsqueda desesperada de trabajo de cara al verano para así poder pagar mis estudios, ya que se me hace difícil dar con un empleo porque no puedo cargar peso… Me siento frustrada al pensar que si me hubieran tomado en serio desde el principio, yo ahora podría estar haciendo mi vida normal como lo hacía antes porque nunca hubiera tenido una atrofia muscular. Personalmente, pienso que  gran parte de la culpa la tienen los médicos del centro de salud de mi pueblo que me atendieron en su día, quienes no hicieron su trabajo bien conmigo

Por estos motivos, me gustaría reclamar al Parlamento de Andalucía un mayor control de los centros sanitarios municipales, ya que muchas veces no tienen los recursos o el personal suficiente para atender bien un caso, como por ejemplo el mío.