Soy Mon y me acaban de detectar un tipo de cáncer del sistema linfático llamado linfoma de Hodgkin durante la cuarentena. 
 

Llevo teniendo síntomas extraños desde noviembre del año pasado. Digo extraños porque para mi lo eran, pero viéndolo en retrospectiva ahora sé que son síntomas muy típicos del linfoma. Tenia algunos ganglios inflamados, perdí peso sin motivo aparente, sudoraciones nocturnas y fiebres intermitentes.
 

Aun así, con todos estos síntomas, fue difícil conseguir un diagnostico precoz. Hasta que no tuve unos dolores muy fuertes en el costado que me obligaron a ir a urgencias no me diagnosticaron el linfoma. Fui al hospital en mitad de una pandemia mundial, con todos los riesgos que ello conllevaba, pero gracias a ello me hicieron un TAC en el que pudieron concluir que se trataba de un posible cáncer.
 

Por ello, es necesario ir al hospital cuando es algo urgente, aunque sea durante estas circunstancias. No puedo evitar pensar la cantidad de personas que en estos momentos se están encontrando mal y por miedo al Covid 19 deciden esperar, aun teniendo algo potencialmente grave. 
 

Desde ese momento empecé mi tratamiento contra el linfoma. Pero considero que podría haberse diagnosticado mi cáncer de una manera mucho más precoz. Yo llevaba varios meses con ese tipo de síntomas y todo apuntaba a que no me harían pruebas mas exhaustivas, hasta que me dirigí a urgencias.
 

Todo viene dado por la necesidad de dotar a los hospitales, centros de salud, y a sus profesionales una mayor cantidad y calidad de recursos para poder tratar a los pacientes de la mejor manera. Con una mayor capacidad de prevención y de diagnostico precoz, se pueden salvar muchas vidas como la mía. 
 

Por eso, quiero pedirles a los políticos del Parlament de Catalunya que destinen más recursos en prevención y el diagnóstico del linfoma. Para que muchas personas como yo, puedan recibir los tratamientos con la mayor premura y salvar su vida.