Me llamo Mónica, resido en un pueblo de Barcelona y tengo tres hijos, el mayor de ellos con Autismo. Su diagnóstico es de TEA moderado grave y aparte tiene TDAH y DIL, éste último se lo detectaron hace poco en una prueba tipo test de inteligencia. Acude a dos colegios distintos: lunes, miércoles y viernes lo llevamos a uno convencional y martes y jueves a uno con recursos AIS. Además, Álex tiene necesidades especiales y una discapacidad del 66%.

Lo que más le cuesta es el tema del aprendizaje y la interacción con los compañeros; estamos bastante asustados con el paso a la secundaria, no sabemos qué hacer y tenemos que decidirnos pronto. El cambio al instituto ya es bastante grande.

Una compañera me recomendó que no lo trasladara, ya que su nieta tuvo una experiencia horrible y sufría mucho. Necesito aclarar el caso de mi hijo, me ocasiona mucha ansiedad saber qué va a pasar; he tenido dos reuniones con la EAP y no han servido para nada; la primera fue en diciembre y la segunda en febrero, donde me dijeron que solamente se reunían para ver cómo iba Álex, no para tomar ninguna decisión. Por más correos que el personal docente envía a este personal e intenta ponerse en contacto con ellos, continuamos a la espera de que nos digan cuando podemos reunirnos de nuevo. Por su parte, el colegio se muestra muy atento y preocupado por nosotros, más allá del horario escolar.

Somos una familia de bajos recursos, y debido al horario de trabajo de mi marido, no puedo permitirme trabajar; al estar éste empleado, tampoco nos dan apenas ayudas; no podemos afrontar tantos gastos.

Necesitamos visibilidad y que nos den ayudas y recursos para poder atender a los niños con trastornos como el Autismo o el TDAH. Si tienes dinero, puedes llevar a tu hijo a un colegio concertado o a un piso tutelado cuando son mayores, pero si no lo tienes no. nos sentimos desamparados, y a veces pienso, que no tenemos ni derecho a morirnos ¿Qué sería de mi hijo si a mi me pasa algo?

Hablamos de inclusión pero no es una inclusión real; hay niños que pueden adaptarse a centros ordinarios, pero otros no, el mundo del Autismo es muy diverso y cada caso es un mundo. En nuestro caso, Álex a veces tiene conductas algo agresivas; por ejemplo, si tiene hambre, se pone a patalear hasta que le das la comida ¿Cómo van a reaccionar los demás alumnos de un instituto cuando se enfrenten a situaciones como ésta? Ya les cuesta a los que llevan muchos años con él y tenemos pánico a que sufra algún tipo de acoso escolar. No podemos seguir permitiendo que el hecho de que estas familias reciban el apoyo y recursos que requieren dependa del dinero, no es justo.