Mi nombre es Mónica y tengo cáncer de mama. El 23 de diciembre del año pasado me encontré un bulto, ya que yo tenía la costumbre de palparme. Cuando lo noté lo primero que pensé es que antes eso ahí no estaba, si te palpas conoces tus pechos. Fui a ver a mi tío que es ginecólogo, aunque está jubilado.

Me fui a su casa y me lo miró, fue el primero que me dijo que no era nada. En enero tenía cita con mi ginecóloga y también le comenté lo del bulto. Ella también me palpó y me mandó una ecomama. Aún así me dijo que seguramente no fuera nada por la forma y el tacto que tenía.

A las dos semanas me hice la ecomama y el hombre que estaba allí me dijo: “como eres muy jóven, por si acaso, que te hagan una biopsia”. Cuando fui a hacerla el comentario que me hicieron fue: “no entiendo porque me hacen perder el tiempo con gente joven, porque normalmente son fibroadenomas.”

A las dos o tres semanas me tenían que dar el resultado, pero me llamaron antes para decirme que me tenía que hacer una resonancia. Yo no entendía nada porque aún no tenía los resultados. Esa misma semana iba a por ellos, y yo aún así iba con la esperanza de que no era nada ya que tanto mi tío como tres ginecólogos más me habían dicho que seguramente no era nada.

Cuando la ginecóloga me dijo que me sentara se me vino un poco el mundo abajo. En el momento en el que te tienen que dar el diagnóstico, deberían dosificar un poco más la información. Nada más decirme que tenía cáncer me preguntaron si quería tener hijos. Yo en ese momento lo último en lo que estoy pensando es en eso. Es mucha información que no se puede tramitar porque en tu cabeza solo está la palabra cáncer. 

Mi cáncer no es hormonal y no saben de dónde sale, por lo que no me tengo que medicar en los próximos cinco años. Desde marzo, que me operaron, no tengo el tumor. Pero como soy joven por prevención me dieron 16 sesiones de quimio y 33 de radio. Para mi la quimio es lo peor de todo el proceso. 

Lo que me ha ayudado un montón ha sido el deporte, algo de lo que se habla poco. Seguí entrenando aunque solo fuera glúteos y piernas. También el apoyo de mis familiares ha sido fundamental. 

Mi mayor miedo es que me vuelvan a decir que tengo otro bulto y tener que volver a pasar por todo esto. Creo que los ginecólogos deben palpar los pechos en las revisiones, cosa que no se hace y es un método de prevención. 

Quiero aprovechar esta petición para pedirle al Parlamento de Catalunya que invierta más dinero en la investigación del cáncer de mama y que fomente que en las consultas los ginecólogos y las ginecólogas palpen los pechos de sus pacientes. Se podrían hacer campañas de este tipo para promoverlo y así prevenir futuros casos.