Mi nombre es Mónica y convivo con diferentes enfermedades como la diabetes, polineuropatía o la gastroparesia. Debido a esto, especialmente por la diabetes, sufro numerosas hipoglucemias. La hipoglucemia ocurre en aquellas situaciones en las que las concentraciones de glucosa en sangre se sitúan por debajo de lo saludable. En mi caso debido a ellas, y al no presentar sintomatología (sudores, temblores, mareos…), he sufrido caídas, desmayos, accidentes de coche al quedarme inconsciente y numerosas operaciones por roturas. Sin embargo, esta situación ha cambiado desde que tengo conmigo a mi perra Nika, que fue adiestrada para ser Perra de Alerta Médica.

Un perro de alerta médica es un perro seleccionado, educado y adiestrado para detectar a través de su olfato los cambios en los niveles de glucosa de una persona con diabetes o las crisis de desconexión sensorial en el caso de las personas con epilepsia u otros. Nika fue adiestrada desde los 8 meses y en el proceso aprendió a reconocer el “olor diana” (aquel que se produce con una bajada de azúcar) mediante algodones con muestras de mi saliva. Hoy en día, Nika está acreditada por la Conselleria de la Comunidad Valenciana y gracias a ella mi calidad de vida ha mejorado considerablemente. 

Sin embargo, el hecho de que Nika esté hoy a mi lado y pueda prevenir mis hipoglucemias, no se debe a que ninguna administración o centro médico me haya ofrecido la alternativa sino a que tuve la suerte de conocer el mundo canino y a adiestradores especializados. Esto, junto con el hecho de que Nika y yo somos el primer caso en toda la Comunidad Valenciana, demuestra la falta de información y apoyo que hay sobre los Perros de Alerta Médica. 

Por ello, con esta campaña quiero visibilizar la importancia de estos perros y el servicio que nos otorgan. Gracias a Nika he podido recuperar cosas en mi vida que antes no podía realizar sin morirme de miedo o sin sufrir ansiedad o ataques de pánico, como el conducir, estar en espacios públicos sin miedo al desmayo… 

La falta de información y visibilidad por parte de las administraciones también hace que no existan todavía ayudas que cubran los gastos que un Perro de Alerta Médica supone, ya no sólo por el adiestramiento sino también, por los elevados gastos veterinarios. Esto hace que no todo el mundo se lo pueda permitir, en mi caso personal tuve que pedir un crédito para poder llevarlo a cabo. Si reconocen a estos perros como una alternativa que mejora la salud ¿por qué no nos ofrecen ayudas o prestaciones?

Junto a la visibilidad, es necesario concienciar a la ciudadanía de lo que son los Perros de Asistencia Médica, lo que hacen por nosotros y de su importancia para nuestra salud. Debido a esta falta de conocimiento, me encuentro habitualmente con problemas en el acceso a espacios públicos con Nika y cada vez tengo que discutir y enseñar su documentación a pesar de que va debidamente identificada con sus distintivos y chapa acreditativa. Se trata de una lucha continua que genera mucho estrés y disputas innecesarias.

Por último, y con todo lo aquí plasmado, quiero dirigir esta petición a las Cortes Valencianas para que tengan en cuenta la realidad y la importancia de los Perros de Alerta Médica, informen y ayuden a las personas que quieran utilizar sus servicios y por último, que conciencien a la ciudadanía sobre su relevancia en la vida de personas como yo. 

¡La escasa cultura que tenemos en España con los Perros de Alerta Médica tiene que terminar! Agradezco desde aquí la difusión y apoyo a esta campaña.