Me llamo Montse, tengo 45 años y vivo en Lugo. A finales de 2020 pedí cita para hacerme una revisión ginecológica al servicio privado, ya que debido a la pandemia de la Covid-19 desde la Seguridad Social no se hacían revisiones. Los resultados de las pruebas que me hicieron por aquel entonces salieron todos correctos. Aun así, en marzo de 2021, me llamaron de la Seguridad Social para hacerme la revisión ginecológica rutinaria y allí me detectaron una masa en el pecho.

Empezaron las pruebas para confirmar el diagnóstico y finalmente me anunciaron que padezco un cáncer de mama Her2 positivo. En mayo del año pasado, empecé con un tratamiento de quimioterapia que funcionó muy bien, ya que causó que el tumor, que de entrada medía 4 cm, desapareciera. Igualmente, en noviembre tuve que someterme a una intervención quirúrgica para limpiar la zona y estoy esperando que las cicatrices estén bien curadas para empezar con un tratamiento de radioterapia. También estoy tomando un tratamiento hormonal que durará cinco años y pronto empezaré con las inyecciones de proteína que se alargaran durante un año.

Haber vivido esta enfermedad me ha hecho percatar de que el ejercicio físico es primordial, ya que aporta beneficios tanto a nivel físico como a nivel anímico. Considero imprescindible que con el fin de garantizar una enfermedad lo más llevadera posible, es necesario que se invierta a favor de investigar los beneficios que aporta la práctica en cuestión a los pacientes de cáncer y que, en consecuencia, se apueste para crear una figura que nos acompañe en este sentido durante la enfermedad y después. Es por lo planteado que me dirijo a los políticos del Parlamento de Galicia, ya que son quienes me representan, para que me respondan a la pregunta: ¿Por qué no se proporciona un servicio de acompañamiento al paciente de cáncer en este sentido?