¿Cómo debería utilizar las redes sociales un político?
Lo primero, creo que debemos estar. A partir de ahí, algunas consideraciones sobre TW, que es la que yo uso (no tanto como antes).
TW ha cambiado mucho, ya no es el TW de hace tres años. Como en otras redes, hay cada vez más perfiles anónimos y cada vez más agresividad gratuita (podría ponerte algunos gráficos ejemplos propios). Eso al final tiene un efecto de retracción en las personas públicas, entre ellas los políticos, y perjudica una conversación más abierta y más natural. La consecuencia, muchos políticos dejan su eslogan de partido o en el mejor de los casos su reflexión y ahí queda todo. Si el tema o el enfoque son interesantes (y no es la misma frase que han puesto decenas de veces otros de su partido), hay cola de comentarios, pero muchas menos respuestas del político y poquísimas verdaderas conversaciones. Antes no era así, se podía discutir, incluso a dos o tres bandas y no se terminaba con insultos, sino con educadas despedidas.
Luego está el tema de la espontaneidad, de la naturalidad, para las que cada vez es más complejo encontrar hueco y respuesta del mismo tono. Si comentas cualquier cosa privada, un hobby, siempre hay alguien que te dice que no te paga para leer, o para escuchar esa música o para ir al cine. Incluso hay gente que te critica que estés en TW “porque no te paga para que pierdas así el tiempo”. ¡Y te lo dicen desde TW! Y si eres poco previsible, más natural, más espontáneo, o más irónico, te dicen que el país no está para bromas, etc. En fin, mucha gente suelta su particular estado de ánimo y pretende que toda la red esté en esa misma sintonía.
A veces pienso que se piden políticos cercanos, espontáneos, naturales, pero que luego tranquiliza mucho que el político sea el tópico que muchos tienen en mente, un mero emisor de mensajes partidistas enlatados y refractario a abrir conversaciones que no sean unidireccionales. Algunos que teníamos otro tono mucho más heterodoxo, hemos tenido incomprensiones por ambos lados, nuestras organizaciones y algunos interlocutores. Yo creo que en TW debe haber más autorregulación que limitaciones gubernamentales. Si nos parece que el anonimato agresivo es malo, sencillamente aislémoslo, o promovamos códigos éticos internos para no considerar en el mismo nivel a una persona, con su cara y su nombre en la red, que un “troll” cualquiera dedicado a destruir las líneas de conversaciones de los demás.
Yo soy extremeño, aquí desde el entorno de la Junta de Extremadura se han creado decenas de “trolls” que se dedican, yo creo que profesionalmente, a destruir conversaciones o a decir lo que sus jefes políticos no se atreverían con su cara por delante. Bueno, pues si esto ha llegado ya a la política desde el entorno de un gobierno, imagínate cómo estará el resto del patio. Es una pena, hoy TW es terreno minado para muchos políticos a los que nos gustaba conversar de verdad y que usábamos la red para mucho más que sencillamente emitir propaganda de modo unidireccional. Pero merece la pena seguir, creo, porque conoces a mucha gente interesante, le tomas el pulso a una parte de la sociedad, aprendes mucho y te diviertes aprendiendo.
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Sr Sanchez Amor,
Le agradezco que me brinde la oportunidad de escribirle por este canal tan innovador. Es la primera pregunta que formulo, y se la formulo a usted, ya que tiene cierta experiencia en la red. Puntualizar que su última polémica de Twitter no me pareció para tanto, entendiéndolo desde el humor. ¿Qué está fallando en las redes sociales, para que a la mínima los medios conviertan la anécdota en noticia? ¿Cómo cree que debería utilizar las redes sociales un político? Me encantaría que me respondiese con sinceridad.
Un fuerte abrazo, y enhorabuena por la iniciativa.