Pregunta para Congreso de los diputados

¿Por qué no se crea un Grado en Sexología para que se reconozca como una ciencia independiente de las demás y se deje de ver como una especialización?

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Natalia Cachafeiro Pregunta de Natalia Cachafeiro

Me llamo Natalia Cachafeiro y soy Sexóloga. Quiero lanzar esta campaña para reivindicar que la profesión de sexología no está amparada burocráticamente ni se reconoce nuestro trabajo. Con una educación sexual buena y de calidad impartida por profesionales de la sexología, muchos de los problemas a los que estamos asistiendo de acoso, de machismo y de LGTBIfobia, quedarían aplacados de una manera muy importante. Se cree que la educación sexual va de mantener relaciones placenteras, del goce, de prevención de riesgos…, pero tiene que ver, sobre todo, con cómo convivimos, con la convivencia entre los sexos. Esto es lo que enseñamos en las clases de educación sexual: enseñamos a los sexos a convivir bajo el respeto y abrazando las diferencias entre las personas.

Cada vez hay más profesionales de la sexología, pero tenemos muy poco respaldo por parte del sistema universitario. Ahora mismo llegas a ser sexólogo o sexóloga porque después de haber hecho una carrera, la que sea, haces un postgrado universitario. Ya sea con un Máster Oficial o con un Título Propio, puedes llegar a trabajar como profesional de la sexología. Cuando acabas de hacer el máster en sexología, éste te forma para ejercer tanto en asesoramiento (consulta sexológica) como para crear e impartir programas de educación sexual a diferentes edades.

El contenido que se da en estos postgrados no está regulado a nivel nacional y en muchos casos te ponen una serie de requisitos como que tienes que haber finalizado tus estudios en psicología o en medicina. Esto no se entiende porque en realidad la sexología es una ciencia a parte. En España se cree que la sexología es una especialización de otra ciencia (generalmente, una ciencia sanitaria como psicología o medicina) cuando en realidad es una ciencia en sí misma, con su propio objeto de estudio y su propio recorrido histórico desde hace más de 150 años. 

Muchas veces se asocia que los sexólogos tenemos que venir de carreras sanitarias con una especialización y en realidad somos profesionales de la sexología que deberíamos contar con ese reconocimiento y estar al mismo nivel que otras profesiones como la psicología. Una de las cosas por las que llevamos tiempo luchando los sexólogos y sexólogas, y que podría ayudar también tanto a la profesión, a los profesionales y al ejercicio tanto en aulas como en consulta es el acceso a la formación, es decir, que den vía libre a las universidades en crear un Grado en Sexología igual que hay en otras universidades del mundo. No queremos depender de otros grados existentes, que no tengamos que estudiar otra cosa y luego ya hacer sexología. Se está discriminando a la sexología y nos estamos quedando al margen. 

Llevo muchos años escuchando que se va a crear un carrera universitaria de sexología y que tiene vistas de futuro para que sea oficial, pero no veo que realmente se esté haciendo nada. 

Quiero reivindicar la figura de los y las profesionales en sexología para que se conozca lo que hacemos, nuestra labor es poco visible para la sociedad y muy pocos saben exactamente qué hacemos. La gente te llama sin saber, en el caso de la educación, qué les vas a contar a sus hijos; y en el caso de las consultas, qué les vas a mandar hacer en la consulta. Por eso es vital que nos reconozca desde las instituciones para dar a conocer nuestro trabajo y arrojar luz sobre nuestra labor. Muchas veces las personas se pasan años siendo derivadas de un profesional a otro y visitando a profesionales de la sexología atajarían antes sus problemas, pero estos pacientes tardan en llegar a consulta por el desconocimiento tan grande que existe sobre la profesión. 

Por todos estos motivos, pido a los políticos y políticas del Congreso de los Disputados que exista un grado en sexología, para que se reconozca como ciencia independiente de las demás y se deje de ver como una especialización. Con un reconocimiento de la ciencia y de los profesionales de la misma, podríamos avanzar en el ámbito de la educación sexual, combatir el intrusismo desde otras ciencias, investigar, darnos a conocer y ponernos en valor.

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