Me llamo Nerea y en septiembre del año pasado me contagié de Covid, he estado seis meses con síntomas de lo que se conoce como Covid persistente. Todo empezó con un resfriado, sin tos pero con mocos y no le di importancia. Poco después perdí el gusto y el olfato y tras acudir al médico una PCR me confirmó que era positivo. 

Tras rastrear mis contactos inicié el período de aislamiento y al poco tiempo empecé a experimentar más síntomas: cansancio, fatiga, dolores en el pecho y dificultades para respirar. 

Tras semanas encerrada me realizaron un test para comprobar que tenía los anticuerpos del Covid-19 pero muchos de los síntomas han continuado durante meses y no han desaparecido hasta hace unas semanas. 

Tras la primera etapa de la infección y la cuarentena, volví al médico para explicarle que seguía con síntomas y la doctora me habló entonces del covid persistente. Me recetaron unos inhaladores que tuve que dejar porque no me sentaban bien y he pasado todo este tiempo entre la ansiedad, la incertidumbre de tener algo tan desconocido como el covid persistente y la espera a una cita con el neumólogo -la tendré en unas semanas…-. 

Las personas que están sufriendo o han padecido el covid persistente no pueden ser ignoradas y su sintomatología debe ser detectada y tratada con la mayor celeridad posible para evitar males mayores. 

Diferentes colectivos de afectados se están movilizando y han elaborado junto a la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG) un protocolo de atención al paciente de Covid persistente. Por eso quiero preguntar a los miembros del Parlamento andaluz si desde la Junta de Andalucía se instará a que el sistema de salud aplique estos protocolos. Se estima que en nuestro país hay 50.000 afectados de Covid persistente y necesitamos tener la atención médica que merecemos. Por eso os pido vuestra ayuda para apoyar esta petición, ¡gracias!