Me llamo Néstor y he superado un Linfoma de Hodgkin. 

Todo empezó con un dolor de muelas hace dos años, cuando tenía 36. Fui al dentista y me dijo que lo mejor sería extraerme las muelas del juicio. Al poco tiempo de la intervención, empecé a notarme un bulto en el cuello, por lo que regresé a su consulta. El especialista me dijo que lo más probable es que se tratase de un flemón y que con el tiempo se me pasaría.

A continuación, como el bulto no desaparecía, me indicó que lo mejor sería que acudiese al maxilofacial. Durante un año y medio me estuvieron realizando pruebas, hasta que decidió operarme para ver qué era exactamente lo que tenía. Durante la cirugía, vieron que se trataba de un Linfoma de Hodgkin en estadio A. 

A continuación, me derivaron a hematología y empecé a recibir quimioterapia dividida en cuatro sesiones y, por último, un mes de radioterapia.

Dentro de lo malo, tuve la suerte de haber sido diagnosticado cuando el linfoma no estaba muy avanzado. En cambio, considero que el protocolo a seguir para un diagnóstico precoz de este tipo de enfermedades es muy mejorable, pues entre que empecé a tener molestias hasta que me la diagnosticaron pasó mucho tiempo.

Por ello, con esta iniciativa pido al Parlamento Vasco que destine más recursos a la investigación del cáncer, así como a la realización de las pruebas necesarias para diagnosticar esta enfermedad de manera temprana.