Soy Nicole, hace dos años dejé mi país, Venezuela, por la crisis política. Estaba estudiando derecho, pero la incertidumbre y el miedo a que la situación se pusiera cada vez peor, me llevó, junto a mi pareja, a migrar. Como comunidad venezolana en Chile, nos ha tocado enfrentar muchas problemáticas. Si bien estoy muy agradecida con este país, para nadie es un secreto que los procesos de regularización son complejos y en conocimiento, las autoridades no colaboran. 

Uno de los mayores problemas hoy, es en torno a la documentación. En Venezuela está el Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (SAIME), al que tenemos que recurrir para sacar nuestra cédula de identidad y pasaporte. Decir que es un proceso caótico, se queda corto para lo que realmente es. Primero, porque hay que rezar para que la página abra y así poder pedir el pasaporte, trámite que vale 200 dólares o más, duplicando el valor del pasaporte chileno. 

Si logras pagar esa suma de dinero, tienes que esperar la cita para que te hagan la ficha y te tomen los datos. Yo llevo casi cinco meses esperando que se pongan en contacto conmigo, y eso es poco comparado con el tiempo que esperan otras personas, incluso hay gente que pierde ese dinero porque nunca te contactan. 

Y si bien ese es un problema de Venezuela, nos afecta directamente en nuestra situación migratoria, porque acá todo es con pasaporte. Es una odisea conseguir una Visa sin pasaporte, todo el proceso que tenemos que pasar es complejo y es algo que las autoridades chilenas saben, ellos/as conocen lo que pasa en nuestro país, pero no entregan soluciones para que regularizar nuestra situación sea más fácil.

Si bien hoy se están aceptando pasaportes vencidos desde el 2014 en adelante, todos los que están antes quedan fuera, mi pasaporte es del 2009, entonces para el sistema no tengo opción de prórroga y por tanto, de regularización. Y como yo, hay muchas personas en esta misma situación. 

Yo estoy de acuerdo con los procesos de documentación y regularización de la migración, pero estos  tienen que contemplar los contextos sociales, políticos y culturales de las personas que migran, las dificultades que nos toca enfrentar, considerando que el tema del pasaporte, es solo uno de varios. Podrían ofrecer un refugio o implementar otras soluciones que además de acelerar los procesos, puedan acomodarse a las diferentes realidades. 

Extranjería en Chile no colabora, ¿cómo se van a demorar un mes en dar un título de residencia? Hay muchos/as empleados/as administrativos/as, ¿qué están haciendo? ¿Qué están haciendo para que una Visa definitiva tarde tanto tiempo en llegar? El sistema de migraciones, el Ministro, las y los diputados podrían implementar una alternativa que nos ayude, por ejemplo, si tenemos la cédula vigente, que sea una opción al pasaporte, y así esto nos puede facilitar el proceso de regularización.

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