Pregunta para Parlamento de Galicia
El desplome del balcón de mi piso de alquiler me ha costado miles de euros, vivo un calvario judicial que ha hipotecado mi vida, ¿por qué no existe una oficina pública que proteja a los inquilinos en estas situaciones?
En febrero de 2019 el balcón de la casa de alquiler en la que vivía se desplomó en plena madrugada. Afortunadamente, no hubo daños personales y sólo cinco coches se vieron afectados por este derrumbe. Desde el primer momento, la propietaria del piso intentó responsabilizarme de este accidente a pesar de que informes periciales han ido demostrando que de ninguna manera tuve nada que ver: el balcón ni siquiera estaba en los planos de la casa, una construcción de 1977.
Además, el fallo judicial de la Audiencia Provincial de la Coruña que recurrí tras al ser condenada en primera instancia dictaminó que la barandilla “carecía de la resistencia adecuada, incumplía los criterios de diseño y anclaje y no se le aplicó el mantenimiento adecuado”.
A pesar de haber sido absuelta de toda responsabilidad por la caída del balcón en esta sentencia, llevo desde entonces embarcada en un calvario judicial en el que los propietarios y seguros de los coches afectados me demandan a pagar los desperfectos. Aún quedan tres demandas mínimo por llegar y he tenido que invertir ya miles de euros en costas, abogados e informes periciales. Han sido más de 4.000 euros y ya no soy capaz de hacer frente a más ni económica ni emocionalmente.
A estas dificultades económicas se sumaron las de la pandemia y hace dos meses empezaron a llegarme amenazas de embargo ya que, con anterioridad a la sentencia absolutoria de la Audiencia Provincial, me condenaron solidariamente con la Comunidad de Propietarios en un procedimiento en el que no cabe recurso alguno y del que dicha Comunidad no se ha hecho cargo en ningún momento, tras haber sido declarada en rebeldía procesal.
Mientras yo sigo en esta pesadilla que me ha llevado a estar en tratamiento psicológico por graves ataques de ansiedad en los que me ví al límite, la casera de mi antiguo piso sigue adelante con su vida y hasta me devolvió la fianza íntegra, por lo que implícitamente reconocía que no tuve nada que ver en el desplome del balcón.
¿Cómo es posible que como inquilina de un piso que no es de mi propiedad tenga que seguir afrontando y pagando esta pesadilla? Esta desprotección es un ataque directo a los derechos de los inquilinos, nos puede pasar a cualquiera. Busco que se me escuche y se me ayude (asesoramiento jurídico, psicológico...). Quiero sentir que no soy la única y que se puede salir de esta situación.
Los trámites judiciales siguen su curso mientras intento recomponer mi vida, que siento que está hipotecada. Creo que es urgente que la futura legislación sobre vivienda sea más protectora con los inquilinos y desde estas líneas quiero abogar porque exista una Oficina pública de atención a los inquilinos, para que no estemos sistemáticamente desprotegidos frente a los propietarios en situaciones como esta o parecidas en las que parece ser que somos los últimos para todo.
El asesoramiento y la asistencia legal han corrido de mi cuenta principalmente y enfrentarme sola a estos procedimientos por un accidente del que yo fui la principal víctima está siendo un calvario. Por eso quiero que nuestros representantes políticos se hagan también cargo de historias como la mía y os pido ayuda para firmar y difundir esta petición para hacerla llegar hasta el Parlamento de Galicia.
¿Qué están haciendo los poderes públicos para proteger a los inquilinos?