Mi nombre es Nora y tengo cáncer de mama. Todos los años me hacía una mamografía y una ecografía a través de la privada y siempre había ido todo bien.

Durante el confinamiento me palpé un bulto en el pecho izquierdo y entré un poco en pánico. Era muy difícil que te atendieran porque los centros estaban saturados. La única opción que me daban era una consulta telefónica pero yo no quería eso. En mayo, cuando pudimos empezar a salir a la calle, fui a una clínica privada a hacerme mi revisión anual. Allí ya me dijeron que eso no pintaba bien.

Esa misma semana me dijeron que tenía cáncer, la palabra que nadie quiere escuchar. A partir de ahí, ha sido un proceso de pruebas y más pruebas. Cuando te dan este diagnóstico se te cae el mundo encima. No sabes a qué atenerte ¿sobreviviré? ¿o seré parte del otro porcentaje?

Hace cerca de  mes y medio que me hicieron la mastectomía. Me quitaron la areola y el pezón. Los ganglios de la axila han sido negativos y me han colocado un expansor de prótesis para poder hacer la reconstrucción. 

En las próximas semanas tengo que empezar la quimio. A veces pienso que no estoy preparada para todo esto, pero no me queda otra que seguir hacia delante. Entre mi círculo cercano hay muchas mujeres jóvenes que también tienen cáncer de pecho, y todas se encontraron el bulto por casualidad. ¿Cómo puede ser que no haya programas de prevención precoz? Yo tengo 37 años y desde los 30 me he hecho revisiones, eso sí por mi cuenta… Si vas a la Seguridad Social a pedir una mamografía o una ecografía de detección precoz no te la hacen. 

Hasta ahora las mamografías a través de la Seguridad Social son para las mujeres mayores de 50 años y cada vez hay más mujeres que  a partir de los 35 tenemos cáncer de mama. Adelantar las pruebas de detección precoz es fundamental.

Me gustaría pedirle a la Comunidad Valenciana que invierta más recursos para la investigación del cáncer de mama y para que las mamografías y las ecografías de detección precoz empiecen a realizarse antes.