Pregunta para Senado
Iberia y AENA actuaron de forma racista contra mi pareja por su color de piel. ¿Hasta cuándo tenemos que seguir aguantando discriminaciones?
Hola, somos Nuria y Boukar. Somos una pareja que vive en León, provincia acostumbrada a recibir principalmente Caboverdianos por el trabajo minero. Sus hijos son los "cabobercianos" y cualquier descendiente de la montaña comprendida entre Villablino y Ponferrada tiene algún amigo, conocido o vecino negro. En León, salvo "casos puntuales", el racismo no existe.
Vivimos felices entre la casa familiar en Trobajo del Camino, donde Boukar es conocido y siempre le han tratado como debe de ser (acabamos de empadronarnos en Villamarco (Santas Martas, León). Yo, Nuria, soy presidenta de la Junta Vecinal de Malillos de los Oteros y
miembro de Conceyu País Llionés, asociación que trabaja por la consecución de la 18 autonomía para los territorios históricos del Païs Llionés. No queremos pensar que el tema pueda ser más grave y la discriminación tenga tintes políticos, dado que dos días antes había participado en una protesta delante de la sede del PP de León por las declaraciones de Pablo Casado, contra la potencial autonomía leonesa.
Boukar se desplazaba para renovar el pasaporte, entre otras cosas, porque en España no hay consulado de Chad, su país de origen.
Así, partió hacia el aeropuerto de Madrid en ALSA, él solo, destino a Bruselas, ya que no podía acompañarle por cuestiones laborales, con el fin de renovar su pasaporte por la próxima caducidad del mismo.
El primer contratiempo llegó en el acceso a la terminal, dado que el trabajador de seguridad de acceso, cuando le mostró su billete, le hizo esperar a un costado más de 3 horas sin explicarle el motivo. Boukar habla francés, patois y alemán, aunque su español todavía es básico.
Cuando por fin pudo acceder al llegar al control de pasajeros una azafata le indica, contradiciendo las leyes europeas, que no le permite el acceso aún con su tarjeta de identificación de familiar de ciudadano de la UE (TIE) en regla. Que si quiere viajar "tiene que presentar el pasaporte, de lo contrario en el Aeropuerto de Bruselas se lo llevarán a prisión". Como había tiempo de sobra, me desplacé desde mi domicilio en León hasta Madrid (370km) a llevarle su pasaporte.
Boukar informó a las 12.30 a la azafata de la aerolínea que su mujer le traería el pasaporte, dado que el avión empezaba el embarque a las 15.55. Recibió el pasaporte a tiempo, pasó por el control de acceso de embarque, el control de seguridad, leyó su tarjeta de embarque en las dos máquinas automáticas que hay y cuando llego a la puerta de la manga del avión se encontró con la azafata que inicialmente le denegó el embarque.
Aunque llevaba 11 horas en el aeropuerto intentando acceder a su vuelo a Bruselas, capital de la Unión Europea, le cerraron la puerta de acceso a la manga del avión en sus narices. Al no permitirle acceder a su vuelo, y al volver al control de pasajeros, la mujer extrañada de lo que había pasado, le deriva al mostrador de Iberia, dado que la puerta es de un solo sentido y no puede salir por allí.
Al intentar acceder del parking a la T4 para ayudar a mi pareja, no nos lo permitieron los dos vigilantes por "temas Covid" dado que solo pueden pasar los pasajeros. En un aeropuerto internacional tan grande y concurrido es inadmisible que no haya gente que hable idiomas y que encima nieguen el acceso de una persona para que haga de intérprete.
Cuando finalmente conseguí reencontrarme con él y logramos entrar juntos a la T4 para buscar una solución habían pasado casi dos horas.
La responsable de Iberia, después de tener que "montar un número" para que les hiciese caso simplemente les entregó una hoja de reclamaciones ante mi amenaza de llamar a la policía.
El empleado del mostrador de AENA intentó ayudar, aunque el perjudicado no le pudo explicar con detalle dado que no hablaba francés. Lamentablemente nos comentaron que es una situación que se repite habitualmente y hay muchas personas que han sufrido dicha discriminación, a los cuales animan a denunciar sus casos.
Aun así nos facilitó la documentación para reclamar ante el gestor del aeropuerto, extrañado por el comportamiento de la azafata de Iberia.
Los mismos policías nacionales del aeropuerto, enseñándoles la documentación, no se explican el motivo de que no se le permitiese el viaje y nos explicaron cómo hacer para poner las pertinentes reclamaciones administrativas y judiciales por la situación.
Señores políticos, ¿hasta cuándo tenemos que aguantar situaciones de discriminación racista como ésta?