Soy Nuria y le gané la batalla al cáncer de ovario hace diecisiete años.  

Cuando tan solo tenia 24 años, empece a notar que se me hinchaba la tripa y que tenia constantes infecciones de orina. Fue gracias a ese síntoma que pudieron encontrarme uno de los tumores que ya tenia repartidos por todo el abdomen.  
El tumor principal fue el de ovario, uno que me habían detectado hacía dos años en una revisión ginecológica como un quiste y que no me habían vuelto a revisar.  

Como podéis imaginar, el cáncer me ha dado unas consecuencias malas, como una menopausia precoz y los síntomas que esto conlleva ademas de una cicatriz emocional y otras físicas.  

Pero el cáncer también me ha dado cosas buenas, entre ellas, poder escribir y contar mi historia a personas que puedan estar en la misma situación que la mía, para que sepan que si yo pude, ellas también pueden salir de esto.  

También me ha servido para poder ser portavoz de en la importancia que tiene que se hagan revisiones ginecólogicas periódicas. Porque hay muchas mujeres que no van al ginecólogo por miedo a que les digan que tienen algo malo, o por vergüenza. ¡Eso no puede ser! 

Las revisiones ginecólogas son muy importantes para prevenir el cáncer de ovario o para poder diagnosticarlo a tiempo, porque cuando hay síntomas, es porque esta en un estadio muy avanzado y puede ser demasiado tarde.  

Por eso, les hago la petición a los políticos de la Asamblea de Extremadura de que hagan lo que esta en su mano para que las revisiones ginecólogas se hagan cada año, haya antecedentes en la familia de cáncer o no, a mujeres de todas las edades.