Me llamo Olga y soy tatuadora cosmética. Hace aproximadamente 15 años que me dedico a lo mencionado y reivindico que se acabe con los cánones de belleza estigmatizados. Todas las mujeres son diferentes. No hay facciones ni cuerpos iguales. Considero que hay que incidir en dar visibilidad a las diferencias y potenciarlas. Algunas veces me encuentro a mujeres que se sienten diferentes al resto, sea por lo que sea, y que por eso consideran que no encajan en este mundo estereotipado.

Entre las labores que desarrollo hay la micropigmentación de areolas mamarias, que es la implantación de pigmento en mamas reconstruidas después de un tratamiento oncológico para simular el pezón. A lo largo de todo el tiempo que he estado trabajando en este sentido he percibido que gran parte de las mujeres que se aplican la micropigmentación en cuestión no se ven bien después de haberse sometido a una mastectomía derivada de un cáncer de mama teniendo en cuenta que socialmente está normalizado que el pezón represente una de las características que definen la feminidad.

Las mujeres que se tatúan han pasado por un proceso de enfermedad y mi trabajo es, en parte, cerrar este período de tiempo. Se tatúa en dos sesiones; se realiza la primera, pasa una semana que es de curación y entonces se realiza la segunda. Después de esto, hay que hacer un mantenimiento puntual. Vienen mujeres con mamas de todo tipo. Hay que tienen el pezón sin cicatrizar, otras que tienen mucha cicatriz... yo intento que el tatuaje quede el más natural posible. También hay muchas mujeres que prefieren aplicarse tatuajes convencionales que a lo mejor tapan las cicatrices para cerrar el ciclo que han vivido. Durante este proceso, como tatuadora tratas con dolor, con enfermedad y con cánones de belleza.

Es por este motivo que considero que aunque hay que acabar con el cuerpo estereotipado, el trabajo que llevo a cabo es importante teniendo en cuenta la influencia psicológica que conlleva la pérdida de las mamas para la mayoría de mujeres y la oportunidad que representa poderlas recuperar de una manera casi completa y muy natural.

Últimamente la Seguridad Social ofrece la micropigmentación englobada en la reconstrucción de los pechos después de un cáncer de mama. Aun así, creo que hay que profesionalizar el trabajo teniendo en cuenta que muchas veces quien aplica este tratamiento a las mujeres que han superado la enfermedad no tiene la experiencia necesaria para satisfacer sus necesidades y esto, en muchos casos, genera una frustración muy grande. Así, me dirijo a los políticos del Parlament de Catalunya, que son quienes me representan, para pedirles que se invierta más en la formación de los profesionales para la aplicación de esta fase de reconstrucción y, así, se asegure un resultado que plazca a las mujeres que lo necesitan. También quiero saber si se trabaja en campañas de acompañamiento psicológico para la normalización de los cuerpos no estereotipados de las mujeres.