¡Hola! Mi nombre es Orlando Ochoa, soy zootecnista y hace unos años, luego de conocer y ser practicante en el Bioparque la Reserva en Cota, Cundinamarca, mi vida cambió radicalmente. A finales de 2015, cuando completaba ya siete meses haciendo mis pasantías, quedé a cargo de todos los animales, pasantes y personas de la colección. Esta experiencia me permitió conocer el tráfico de fauna y sus graves consecuencias, un asunto que fue muy revelador y emocionalmente complejo para mí. A raíz de eso, de manera paralela con La Fundación Eco-s Colombia y Eco Amigos de la Sábana ecológica, iniciativas que promueven la protección y la preservación del medio ambiente.

En dos años hemos logrado sembrar más de 4.800 árboles y hemos iniciado varios procesos de educación ambiental en colegios, alcaldías, conjuntos residenciales. En ellos trabajamos temas como el reciclaje, las ecobotellas y las construcciones ecoamigables. Hacemos recorridos patrimoniales de reconocimiento y apropiación por varios puntos de la sabana de Bogotá con la intención de mostrar a la ciudadanía los ecosistemas que siguen vivos y que deben ser protegidos. Fundamentalmente hemos trabajado en tres territorios: el humedal el Gualí, la laguna Herrera y el desierto de Mondoñedo, lugares cuya importancia ambiental y paisají es relevante, pues poseen varios cuerpos de agua, una gran riqueza de fauna silvestre (en especial aves) y una flora única.

En torno a estos territorios he emprendido varias luchas ambientales para evitar el maltrato y la construcción en estos ecosistemas. A la fecha no hemos podido finalizar ninguna con éxito debido a que en este tipo de conflictos los intereses económicos suelen primar y no hay voluntad para emprender la búsqueda de un modelo de desarrollo sostenible. Tambien debo mencionar que inicié un trabajo con la Corporación Autónoma Regional (CAR) en asuntos de recepción de fauna silvestre.

En los últimos años el aumento poblacional ha hecho aumentar la dinámica de los asentamientos y construcciones urbanas dentro de espacios biológicamente importantes, así como la producción agrícola a pequeña escala, junto con grandes extensiones dedicadas a la ganadería extensiva. A esto se suman otras prácticas como la explotación minera y la deforestación, que generan daños irreversibles que afectan la calidad del agua que consumimos y reservas hídricas importantes para toda forma de vida. Esto provoca una pérdida progresiva de la diversidad y ocasiona la extinción parcial o total de especies. Por eso es indispensable la educación ambiental desde la primera infancia, la creación de leyes que protejan los ecosistemas y una acción más rigurosa y responsable por parte de las autoridades encargadas de su protección.

Hemos intervenido a favor de la protección de la naturaleza principalmente en los municipios de Funza, Mosquera y Facatativa, y estamos entrando con fuerza y Firmes Cota. Eso no significa, sin embargo, que no brindemos respaldo en el resto del territorio de la sabana. Trabajamos en todos los procesos de juventudes para que la ciudadanía se apropie del tema, nos conectamos con las plataformas juveniles en cada municipio y contribuimos a sacar adelante proyectos de restauración ambiental.

Durante todos estos años de trabajo, junto con todo el equipo de voluntarios interesados por el cuidado de la naturaleza, hemos evidenciado la gran falta de voluntad política para regular las acciones de una gran mayoría de las empresas de nuestro país que quieren usar territorios ambientales para construir bodegas y otros proyectos que no tienen desarrollo o pretensiones sostenibles para preservar el agua y la riqueza natural. Por otro lado, las comunidades que habitan estos espacios no son realmente tenidas en cuenta para la toma de decisiones sobre sus territorios. No se trata de informar, socializar e imponer proyectos: se trata de tomar decisiones en conjunto, que den la posibilidad de formar comunidades empáticas, sostenibles y solidarias.

Pregunto al Congreso de la República: ¿Cuándo primarán los intereses ciudadanos por encima de los económicos al defender los ecosistemas y los modelos de desarrollo de las ciudades?

 ¡Luchemos juntos por la protección del ambiente en Colombia! Si esta petición consigue 350 firmas o más, será presentada a los congresistas para que la respondan en la página de Osoigo. ¿Tenemos tu respaldo?

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