Creo que es una forma extrema de violencia de género, cuyo ejercicio no debe ser perseguido en lo que respecta a las mujeres, sino en lo que respecta a quienes demandan los servicios sexuales y, especialmente, a quienes los promocionan. En lo que afecta al ámbito municipal, mi Grupo ha propuesto al Ayuntamiento de Valladolid la elaboración de una Ordenanza específica que aborde el problema desde un punto de vista global: medidas de carácter educativo, sociolaboral, desde los CEAS, para intentar rescatar a esas mujeres de la marginalidad... prevención, formación y sensibilización. El objetivo no es perseguir la prostitución en la calle, facilitando con ello que se traslade a pisos o locales en los que se ejerce de forma oculta y más peligrosa para ellas, pero sí vigilarla y erradicarla extrayendo a esas mujeres del entorno que les ha llevado a ella.