Hola. Me llamo Pablo Eduardo, tengo 46 años y soy una de las personas afectadas por la vacuna contra el Covid-19. 

Yo me puse la primera dosis de la vacuna Pfizer en junio de 2021. Ahí, en se momento, empecé a sentir convulsiones internas y temblores. Iba andando hacia el coche y empecé a temblar sin razón aparente. Al rato se me pasó y ya pude irme al trabajo, pero la sensación fue muy extraña. 

En la segunda dosis no sentí nada, estaba perfecto, pero al mes empecé a tener asfixia, el cuerpo flojo y principios de desmayo. De hecho, me ocurrió un episodio en la playa, me desmayé estando en un chiringuito sin haber hecho ningún esfuerzo. Me dieron 3 desvanecimientos estando sentado. 

Fui al hospital y me hicieron una radiografía y 2 electrocardiogramas, algo que no entendí porque me debían de haber realizado otras pruebas. Pero para mi sorpresa, me dijeron que “no era nada, era ansiedad”. 

Aun así, me dieron un parte para realizarme una prueba de esfuerzo en neumología de un hospital de Sevilla y comprobar las pulsaciones de mi cuerpo. Cuando me vio el médico me dijo de hacerme una ecografía y, posteriormente, me dijeron que me quedaba ingresado. Yo no entendía nada. Me preguntaban que si había realizado algún viaje largo y que si había tomado algo ‘raro’ porque los resultados no eran los esperados. Les dije que no y finalmente me dijeron que tenía trombos pulmonares y una pericarditis en el corazón. 

Empecé a conectar todo lo que me había pasado en los últimos meses y les dije que con la dosis de la vacuna contra el Covid-19 había tenido síntomas extraños. Ante eso, me dijeron que lo que me estaba pasando era que me había hecho reacción la vacuna.

Me asusté bastante porque me comentaron que mis pulmones no respiraban bien y mi corazón estaba haciendo más esfuerzo de lo normal. Yo les dije que nunca había tenido este problema y que si miraban mis informes pasados, podrían ver que siempre había hecho mucho ejercicio. En definitiva, me dejaron 14 días ingresado hasta que los valores bajaron y mejoraron un poco. 

Ahora, me han realizado muchas pruebas como, por ejemplo, el test genético de trombofilias, para saber si podía ser algo hereditario, pero lo han descartado. La parte negativa de todo esto es que ya no soy el que era antes, no puedo correr ni hacer ejercicio porque me dan desvanecimientos. 

Tengo pulsiones en el corazón que parece que se me ‘va a salir por la boca’ y falta de oxígeno cuando hago ejercicio. Pero, además, estoy de baja desde hace 15 meses y, por desgracia, solo cobro un 70% de mi sueldo.

Por todo lo plasmado, lanzo la siguiente petición al Parlamento de Andalucía para que haya más investigación para las personas afectadas por las vacunas contra el Covid-19. 

Las personas que estamos en esta situación queremos que se visibilicen nuestros casos y que Sanidad nos ayude para estar como antes. Yo quiero ser la misma persona que era antes del Covid-19, quiero que me dejen los pulmones tal y como los tenía. 

Además, al no poder hacer esfuerzos, no puedo trabajar en prácticamente nada en el que tenga que desempeñar algo de fuerza y eso me supone bajar mi economía mensual. Por eso, queremos que se nos indemnice para poder vivir como antes y, sobre todo, que enfaticen en los recursos aportados para que esta situación mejore. 

Conozco muchos casos similares e, incluso, peores que el mío. Esto no puedo ocurrir. Nosotros nos hemos fiado de Sanidad al ponernos una vacuna para proteger a toda la sociedad y ahora queremos ver que también nos ayudan a nosotros.