Mi nombre es Pablo y tengo 30 años. Soy ingeniero informático y en estos últimos años he experimentado lo complicado que está el mundo del alquiler y la vivienda en nuestro país.

En primer lugar, he visto lo difícil que es ser propietario de una vivienda en alquiler. Mi familia es propietaria de una vivienda en Alicante en un barrio humilde y trabajador. Conscientes del alto precio que había por toda la zona, decidimos ponerla a un precio normal, ya que para la zona era barato. Por la vivienda han pasado cuatro inquilinos, habiendo tenido problemas con dos de ellos, problemas como dejar de pagar el alquiler o dejar la casa completamente destrozada a su marcha.

Después de esas malas experiencias que vivimos decidimos contactar con una agencia inmobiliaria que se encargara del piso, de buscar a la gente y de gestiones varias. A cambio de un porcentaje del alquiler ellos realizan esas gestiones y protegen la vivienda con un seguro de alquiler. Desde que dejamos la casa en manos de la agencia no hemos vuelto a tener ningún problema.

Por otro lado, también he vivido las dificultades de buscar piso de alquiler. Hace unos años, meses antes de la pandemia, decidí irme a Madrid a estudiar. Lo primero que hice fue contactar con una agencia para buscar piso. Me venía bien porque yo seguía en Alicante y ellos me iban pasando información sobre estudios y precio. Los estudios que me mandaban eran lamentables y a precios elevadísimos. Estudios que, por ejemplo, de una vivienda de cuatro habitaciones, habían reformado y transformado en cuatro estudios enanos, independientes y a precio altísimo. Al final dejé de contactar con la agencia porque todo lo que me mandaban era malísimo. Entiendo los precios de Madrid pero no estaba dispuesto a pagar un dineral por un estudio de 20 metros cuadrados en un barrio lejísimos.

Al final encontré piso por el contacto de una amiga que conocía un chico que buscaba compañero. Mi habitación era pequeñita pero con un precio normal y razonable y en una zona que no estaba mal.

Después me voy a Valencia. Y allí me doy cuenta que los precios eran similares a los de Madrid, aunque es una ciudad mas pequeña. Al final mi compañero y yo encontramos un piso mas o menos bueno por 800 euros, precio razonable. Pero claro, no te piden los 800 euros de entrada, hay que pagar la fianza, el primer mes y el mes de agencia, es decir 800 multiplicado por tres, pues eso pica.

Mas tarde tuve que volver a mi casa hace unos meses pero quiero volverme a ir. Me gusta Madrid pero estoy buscando alternativas. Por mi profesión no sé donde voy a trabajar, pero si es en España busco ciudades que tengan al menos Ave a Madrid para moverme con facilidad.

Me he dado cuenta que en ciudades mas costeras como Valencia, Málaga o Alicante (de tamaño mediano respecto a Madrid o Barcelona), los precios están por las nubes y veo cosas sin sentido. Por ejemplo los precios en Alicante una barbaridad o en Málaga un piso decente son entre 800 o 1000 euros al mes. Además, lo que suele pasar en este tipo de ciudades son los alquileres estacionales, que en verano los propietarios no te dejan alquilar el piso porque lo quieren para alquiler turístico. Entonces, dices si me voy a Madrid tengo que pagar una barbaridad pero si me voy a otra ciudad también tengo que pagar una barbaridad.

Ayer estuve por el centro de Alicante, en una de las mejores partes. Comprar una casa en esa zona puede costarte unos 300.000 euros aproximadamente. Los alquileres por ahí son de 1.500 euros y hay muchísimo alquiler vacacional. Entonces llego a la conclusión de que puede que la mejor idea sea comprar una casa, porque para pagar ese precio por un alquiler de una casa que no va a ser mía, que a lo mejor no me gusta y que no voy a poder reformar, para eso la compro y la reformo cuando y como quiera.

Pero ¿por qué está pasando esto con los alquileres en toda España? ¿A qué se deben estos precios tan altos? ¿Tiene algo que ver el alquiler vacacional? ¡Buscamos soluciones y regularizar este problema que afecta a la mayoría de la sociedad!