Cuatro de cada diez chicas, el 42,6%, afirma haber sido víctima de algún tipo de violencia o acoso sexual en Internet
La infancia es el eslabón más frágil de nuestra sociedad. Por eso son esenciales todas y cada una de las medidas herramientas que se puedan poner en marcha para protegerla. Debemos, entre todos, aspirar a que nuestros niños y niñas alcancen el mejor desarrollo personal. Y en esa tarea la educación tiene mucho que decir.
En Andalucía en los últimos años se ha avanzado mucho en políticas de igualdad y de convivencia escolar. No obstante, debemos seguir avanzando para dar respuesta a las nuevas necesidades que en esta sociedad van surgiendo, ya que va cambiando a un ritmo vertiginoso, surgen nuevos problemas, nuevas conductas, nuevos riesgos, y las aulas son fiel reflejo de esta sociedad y el sitio más adecuado para prevenir y corregir.
La Consejería de Educación continúa impulsando y desarrollando actuaciones en materia de prevención y atención educativa ante la violencia escolar, con especial atención a la violencia de género, al acoso escolar y al ciberacoso.
Una de las principales preocupaciones es el seguimiento del alumnado que pueda resultar especialmente vulnerable en relación no solamente con conducta de acoso y ciberacoso, sino como víctimas de cualquier tipo de discriminación: el colectivo LGTBI, alumnado con necesidades educativas especiales, alumnado de reciente incorporación al centro, minorías étnicas y otras poblaciones de riesgo son para nosotros una prioridad. Por eso se llevan a cabo diversas medidas para fomentar la inclusión y la prevención de cualquier tipo de discriminación o exclusión en Comisión sobre Políticas para la Protección de la Infancia en Andalucía el sistema educativo.
La magnitud del impacto que ha tenido y sigue teniendo la evolución de las TIC es tal que en los manuales de historia ya hablan de este periodo histórico como «la tercera gran revolución».
Por ello, es responsabilidad, de esta Administración y del personal en los centros educativos, propiciar e incentivar el uso seguro y responsable de Internet y las TIC, proporcionando al alumnado recursos y herramientas que les permitan prevenir situaciones de riesgo, incluyendo la sensibilización y protección frente a los abusos y la violencia de todo tipo que se produzcan a través de Internet y las TIC, es decir, la protección frente al ciberacoso.
Unicef, con motivo del Día Internacional Internet Segura, estimaba hace pocos años que uno de cada cinco niños y una de cada siete niñas, de entre 12 y 16 años, están implicados en algún caso de ciberacoso. Este informe no solo resalta la incidencia del ciberacoso en los jóvenes en general, sino que además destaca mayor incidencia que este fenómeno tiene en las chicas, principalmente por el cariz sexual que en muchos casos tienen los abusos. Cuatro de cada diez chicas, el 42,6%, afirma haber sido víctima de algún tipo de violencia o acoso sexual en Internet, frente a un 35,9 de los chicos, según el informe de Unicef los niños y las niñas de la brecha digital en España presentado hace un año.
El impacto de estas vejaciones que tiene en los jóvenes no tiene que ser menospreciado. Los ataques acaban teniendo un efecto profundo no solo en la construcción de la identidad personal y social, sino que también tiene un impacto directo en las conductas sociales, sanitarias y educativas.
Las víctimas de ciberacoso tienen más posibilidad de consumir alcohol y drogas y de faltar a la escuela que otros estudiantes. Asimismo, también presentan una mayor propensión a sacar malas notas, sufrir de baja autoestima y, en situaciones extremas, incluso llevados al suicidio.
Desde la consejería, siguiendo las recomendaciones de múltiples expertos y en consonancia con la visión de los centros educativos como espacios de paz, se ha considerado que es clave poner énfasis en la gestión de la convivencia en el entorno escolar desde una perspectiva proactiva y positiva. No se deben limitar a la prevención, sino adelantarnos en el desarrollo social y emocional de nuestros alumnos.
Para prevenir el ciberacoso en las aulas, la consejería ya dispone de legislación y mecanismos para la acción. Así, las instrucciones de 11 de enero de 2017, en relación con la actuación específica a adoptar ante situaciones de ciberacoso, contempla dos tipos de situaciones: situaciones de ciberacoso por parte de una persona adulta hacia alumnado del centro y situaciones de ciberacoso entre iguales, y concreta asimismo diversas orientaciones para los centros educativos en relación con las actuaciones a desarrollar en la aplicación del protocolo contemplado en la Orden de 20 de junio de 2011, teniendo en cuenta las peculiaridades propias del ciberacoso.
Estas actuaciones constan principalmente: recomendaciones sobre la disminución del uso del teléfono móvil e Internet, la suspensión temporal de su utilización y la conservación de evidencias, en función de la gravedad puesta en conocimiento los hechos y solicitar las oportunas medidas cautelares de protección a la fiscalía, los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, implicación de alumnado ciberayudante para proporcionar apoyo, ayuda y seguridad al alumno o alumna objeto del ciberacoso y establecimiento de medidas cautelares dirigidas al alumnado presuntamente acosador que pueden incluir la supervisión o privación temporal del uso del teléfono móvil o Internet.
Estas actuaciones contenidas en las instrucciones se encuentran de manera mucho más detallada y con múltiples herramientas en el protocolo de actuación escolar ante el ciberbullying realizado por el equipo multidisciplinar de investigación sobre ciberacoso.
De manera complementaria, está accesible para toda la comunidad educativa en el portal de recursos educativos, junto al protocolo, la guía para la comunidad educativa de prevención y apoyo a las víctimas del ciberacoso en el contexto escolar. Además, en el curso 2017-2018 se llevó a cabo un proyecto piloto para la prevención, detección e intervención frente al acoso escolar y el ciberacoso en centros docentes públicos de Andalucía, en el marco del programa CONRED Andalucía. Este programa es fruto del trabajo del Laboratorio de Estudio sobre Convivencia y Prevención de la Violencia y está enmarcado en el seno del proyecto europeo Daphne y se ha diseñado con la intención de potenciar el uso seguro de las redes sociales y prevenir el ciberacoso.
Con el fin de diseñar e implementar estas medidas de prevención, se desarrollan sesiones de trabajo con el alumnado, el profesorado y familias. Todo ello con la intención de que el programa forme parte del proyecto de convivencia del centro. Concretamente, los objetivos son: mostrar la importancia de un buen conocimiento de las TIC, Internet y las redes sociales, para realizar un buen uso de ellas; proporcionar un conocimiento de los conceptos y funcionamiento básicos de herramientas digitales, para realizar un uso seguro y saludable sobre ellas; propiciar la elaboración de un plan de actuación inserto en el PEC; POAT o plan de convivencia ante situaciones de riesgo en el uso de las TIC en el que se viertan las principales estrategias; potenciar y sensibilizar un uso seguro, positivo y beneficioso de las TIC; promover la reflexión sobre la importancia de las TIC en la vida de los más jóvenes; prevenir y, en caso necesario, intervenir ante posibles problemas con las redes sociales como el ciberbullying.
En resumen, la Junta pone a disposición de los centros docentes una ingente cantidad de material a su disposición para prevenir el ciberacoso.
Existen programas de prevención, existen acciones formativas, protocolos de atención, recomendaciones y muchas otras. En primer lugar, la utilización segura de Internet es uno de los aspectos contemplados en la competencia digital. En ella, a nivel conceptual se trabaja el conocimiento de la sociedad tecnológica, su lenguaje y herramientas.
A nivel procedimental, se trabajan las destrezas necesarias para buscar, analizar, evaluar, interpretar críticamente y resolver problemas.
Por último, a nivel actitudinal, se promueve la reflexión y el conocimiento crítico, los derechos y responsabilidades y, sobre todo, el respeto.
Pero es que, además, estas actuaciones no se traducen en una mera definición abstracta; hay actuaciones concretas en el currículum para potenciar, a nivel de educación de valores y la prevención del ciberacoso.
En sexto de Primaria se imparte la asignatura de Cultura y Práctica Digital. Esta asignatura tiene una continuación de contenidos en Secundaria con las asignaturas de Tecnologías de la Información y Comunicación. En todas ellas se aborda, en todas ellas se aborda el uso seguro de Internet y las buenas prácticas en las relaciones que establecemos en entornos digitales y en redes sociales. Además, se incide en la responsabilidad individual en el buen uso de las TIC, y los peligros que pueden suponer su uso inadecuado, concienciando de la importancia de la seguridad en el uso de Internet.
En este presente curso estos datos se han disparado hasta las 55 actividades formativas, lo que ha supuesto un total de 1.789 participantes y casi 1.300 profesionales certificados. Por ello, este curso va a haber más del doble de docentes participando y certificándose en actividades formativas para la prevención del ciberacoso. Eso, desde luego, supone un esfuerzo por parte de todos para que esa formación, evidentemente, sea una realidad.
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Nuestra hija, amiga y hermana Nieves, con tan solo 20 años, se quitó la vida el pasado 28 de diciembre tras sufrir un acoso continuado tanto por teléfono como por redes sociales. Había denunciado hasta en cuatro ocasiones haber sido víctima de ciber acoso, tras ver suplantada su identidad en Internet. Sin embargo, no se tomaron las medidas pertinentes a tiempo. Ahora pedimos al sistema que esto no se repita. Hay que actuar desde los primeros indicios, evitemos más suicidios.
Su teléfono era como una bomba sonando a cualquier hora. Las llamadas las realizaban mediante números ocultos y si los cogíamos utilizaban la voz del traductor de Google para decir: “Nieves eres tóxica, te vas a quedar sola, te vas a quedar sin amigos”. Decidimos bloquear la línea y cambiarlo tras interponer la primera denuncia y los agentes nos aconsejaron que este nuevo número solo lo tuviéramos la familia, ni siquiera su círculo de amigos más cercano. Esto para Nieves fue uno de los detonantes, la aislaron y la culparon.
Pero esto no es todo, el acoso era constante y llegaba a través de distintos medios: anuncios en páginas de citas haciéndose pasar por ella y solicitando sexo con su número de teléfono, carteles ofensivos repartidos por todo el pueblo… Incluso llegaron a enviar correos en su nombre al secretario del ayuntamiento para pedir ayuda porque sus padres “la maltrataban”.
Cuando borramos su número de teléfono descubrimos que alguien había abierto una cuenta de Instagram en la que se hacían pasar por ella. Allí se hacían proposiciones de ámbito sexual y se amenazaba y violentaba de manera directa a varias personas haciéndose pasar por Nieves.
Ella cansada de todo esto escribió a la cuenta y desesperada dijo: “¿Qué quieres de mí?”, a lo que el usuario anónimo respondió con un emoticono de una calavera haciendo entender que quería verla muerta.
La estaban machacando constantemente y no pudo soportarlo más. La carga psicológica era enorme. Llegó a tener que salir del centro en el que realizaba las prácticas para poder acudir al Centro de Salud y recibir tratamiento por ansiedad.
Una tarde al llegar a casa su madre la notó triste y decaída y le preguntó qué le pasaba a lo que ella respondió: “mamá estoy cansada de vivir” “es por todo lo que me están haciendo”. Finalmente se quitó la vida el 28 de diciembre de 2021.
Nadie nos va a devolver a Nieves, pero debe de hacerse justicia, nadie debería pasar por este dolor. El ciberacoso se tiene que tomar en serio, las denuncias no pueden seguir archivándose y los acosadores no pueden seguir quedando impunes. Necesitamos que las instituciones reaccionen ante esta situación.
Si sois padres, inculcad a vuestros hijos e hijas el respeto, amor y buen uso de las redes sociales porque en manos de las personas equivocadas pueden ser un arma muy peligrosa.
JUSTICIA PARA NIEVES, SIEMPRE EN NUESTROS CORAZONES.